No somos más que un puñado de recuerdos organizados en una sucesión temporal. Sin memoria no tendríamos manera de medir el paso del tiempo. Sin memoria sólo seríamos un manojo de instintos. OldBoy de Park Chan-Wook no es perfecta, pero eso es quizás lo mejor. Su director el premio al mejor director en el festival de Cannes de 2004. El filme, Oldboy, perdió por un voto a pesar de los esfuerzos del presidente del jurado, Quentin Tarantino. El premio fue a parar a Fahrenheit 9/11 de Michael Moore.
OldBoy es una de esas películas que dividen y radicalizan audiencias y críticos. Unos la aman, otros la aborrecen. Basada en el manga de Garon Tsuchiya y Nobuaki Minegishi, Oldboy es la segunda película de la trilogía que realiza Park sobre el tema de la venganza.
OldBoy de Park Chan-Wook no es el típico film asiático de acción
Al comienzo, OldBoy de Park Chan-Wook parece un filme asiático “de acción” más. Un hombre es encerrado durante 15 años en una habitación, sin una razón aparente. Un día le liberan, también sin ninguna razón. Ahora, tiene 5 días para encontrar quién le mantuvo cautivo y por qué.
La banda sonora musical es acaso una de las mejores que yo haya escuchado en años. Me impresionó el plano-secuencia de más de 3 minutos —sin cortes— de la pelea en la que Dae Su, el atormentado personaje principal, lucha contra ¿20, 25 hombres?, armado con un martillo y con un puñal clavado en su espalda. También, una de las mejores coreografías de peleas que haya visto en mucho tiempo.
Habría que destacar además “famosa tortura del martillo”.
Pero la película de Park no se agota en su punto de partida. La trama de OldBoy, sin abandonar su estructura de filme noir, se interna en los vericuetos del subconsciente y los instintos, la memoria y los tabúes, el paso del tiempo y la identidad. A diferencia de Kill Bill, en OldBoy la venganza no es gratificante. En OldBoy de Park Chan-Wook el vengador y su presa son las dos caras de la misma moneda, de la venganza.
En OldBoy la venganza no es un plato que se sirva frío.
OldBoy | Trailer