Lars Von Trier, director Breaking the waves y Dancer in the Dark, uno de los autores del influyente manifiesto Dogma95 y uno de los pocos artistas verdaderos en la aridez creativa del cine contemporáneo, se ha rebelado otra vez y ha dado a conocer un nuevo manifiesto Statement of Revitality.
Esta vez, Von Trier reacciona contra sí mismo, contra su propio cine y, al mismo tiempo, contra el actual sistema de producción y el circo publicitario que se arma en torno a los filmes artísticamente relevantes.
Voy a intentar redefinir mis actividades profesionales para redescubrir mi entusiasmo original por el cine.
Para empezar, Von Trier ha suspendido hasta nuevo el aviso el rodaje de Wasington, tercer capítulo de la trilogía América, tierra de oportunidades cuyos dos capítulos anteriores ha rodado ya (Dogville y Manderlay), y se ha enfrascado en en la filmación de The boss of it all, una comedia de bajo presupuesto que planea rodar en apenas 10 días.
Reduciré el alcance de mis producciones en cuanto al financiamiento, tecnología, tamaño del equipo y, particularmente, el reparto; pero al mismo tiempo me gustaría aumentar el tiempo de filmación.
Deseo lanzar mis productos en una escala acorde con una mayor naturaleza estética de los filmes, y apuntando a mi audiencia específica. Por ejemplo, mis películas serán promocionadas de una forma menos glamorosa que la actual, lo que acaso también signifique que no tendrán estrenos mundiales en prestigiosos, exóticos festivales.
En lo que se refiere a la publicidad, mi intención es reducir su cantidad de forma notable, lo que será compensado por una mayor exploración a través de la prensa de calidad.