Rodrigo Moreno es el director de El Custodio, filme argentino que acaba de ganar el premio Alfred Bauer en la pasada edición de La Berlinale. En una entrevista con Deutsche Welle, Moreno habla de la verdadera crisis del cine latinoamericano, que no es la falta de fondos, sino la mezquindad hacia las nuevas generaciones de creadores.
El cine latinoamericano está desfasado, quedado en el tiempo. En general, hay un costumbrismo en el cine latinoamericanó que ya se repite, que es ya un cliché de sí mismo, demasiado grueso. Creo que vive una crisis muy fuerte, me parece que tienen que impulsar lo que se impulsó en la Argentina que es una renovación generacional. Se necesita sangre nueva, joven. Nuevas ideas, gente con otra cabeza, con otra mirada sobre el mundo. Esto lo digo, principalmente, porque en la Argentina ocurrió. Y luego se dio una renovación que permitió que hayan pasado ya tres películas argentina por Berlinale: La Cienaga, El abrazo partido y El Custodio. Con lo cual en la Argentina estamos viviendo un renacimiento del cine, un renacer muy importante. Es fantástico.
La trama de El Custodio examina la vida monótona y la rutina del guardaespaldas de un importante funcionario del gobierno argentino.
Es una película austera y seca que muestra simplemente la rutina de este hombre, a través de un punto de vista muy firme, riguroso y férreo, que justamente es el de este ser invisible que está presenciando todo el tiempo la vida de otra persona, pero a una determinada distancia. Es un mundo absurdo y extraño, en el que el custodio sólo debe esperar y seguir a una persona, y nada más que eso. Esa rutina lo lleva a un punto donde el agobio es tan grande que le obliga a tomar una determinación fatal.
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