El sábado pasado, Chris Anderson, editor de Wired y autor de ‘The Long Tail: Why the Future of Business Is Selling Less of More‘, fue invitado al Digital Day de la Directors Guild of America, para hablar sobre el declive de la taquilla. Sin embargo, tal parece que lo que siguió a continuación fue también interesante: una conferencia sobre cómo el digital ha cambiado el oficio del director de cine.
En el panel participaron Tony Bill (Flyboys, Untamed Heart), Rob Cohen (The Fast and the Furious), David Fincher (Fight Club), Rebecca Miller (The Ballad of Jack and Rose) y Brad Silberling (Lemony Snicket’s A Series of Unfortunate Events).
Anderson publicó algunos extractos de la conversación, que reproducimos a continuación…
Tony Bill:
Filmar en digital cambia la actuación tanto como el film cambió la actuación teatral, o el sonido, la actuación cinematográfica. Es como la diferencia entre apuntar a alguien con una pistola cargada o una de juguete. Si los apuntas con un arma carga, van a actuar diferente. Una cámara de cine es un arma cargada. Una cámara digital no.
El viejo modelo de actuación implica que el ensayo es estupendo pero cuando dices “¡rodando!”, todo cambia… Usualmente para peor. Ahora, no hay película en la cama. Uno puede filmarlo todo. De modo que no hay ensayo. O acaso todo es ensayo. De cualquier manera, es mucho más natural.
Ese apenas audible sonido de la película corriendo dentro de la cámara es el sonido del dinero camino a hacerse real.
Yo he tenido que aprender a no decir “acción” y “corte”. Yo creo que filmar en digital hace a cada actor mejor. Siempre estás en ensayos y nunca en la actuación en si. No hay “comienzo”. Esto permite tranquilidad. En vez de alcanzar un momento emocional para luego tener que recrearlo con la película rodando, uno puede capturarlo todo.
Sin embargo, no todo es bueno. Según apunta Bill, como ahora el director puede capturarlo todo, obligan a los actores a repetir hasta hacerse pipí encima, como le sucedió en cierta ocasión a Robert Downey Jr.
Y, de acuerdo a David Fincher, está el tema de que a una mayor resolución “uno puede notar lo malos que son los extras”.