Ayer, el cineasta Franco de Peña hizo pública otra de sus comunicaciones, en la que denuncia supuestas irregularidades en la asignación de recursos en la Villa del Cine. Pero esta vez, ha recibido respuesta. Primero, Juan Carlos Lossada, Coordinador Nacional de la Plataforma del Cine y el Audiovisual del Ministerio del Poder Popular para la Cultura y presidente de la distribuidora Amazonia Films, ha respondido con una extensa y detallada misiva, a los señalamientos de Peña. Pueden descargar el documento, con el texto completo —>aquí. A la carta de Lossada, hay que sumar la respuesta del propio Ministro de Estado para la Cultura, Francisco Sesto, que reproducimos a continuación:
CARTA ABIERTA A NUESTROS CINEASTAS En los últimos tiempos, hierven los correos electrónicos con la oleada de notas, cartas y comentarios que intercambian algunos cineastas. Van y vienen sin compasión y, de vez en cuando, algún periódico los recoge y resalta. He intentado entresacar de allí algunas ideas, con la mejor intención de comprender de qué se trata el debate (si es que hay un debate) pero no ha sido fácil. Es la verdad. Perdónenme la comparación y el lugar común, pues no quiero ofender a nadie, pero la impresión que da es la de una olla de grillos. Chismes, falsedades, supuestas denuncias, descalificaciones, preguntas inquisitoriales, comentarios absurdos, disparates, y un respetable cantidad de egos acelerados en un proceso de reacción en cadena, constituyen la base de lo que seguramente Joaquín Sabina calificaría de “mucho, mucho ruido, demasiado ruido…”. Quiero preguntar algo: ¿De qué se trata? No logro entenderlo. ¿Se trata de debatir conceptualmente las políticas públicas para el Cine? ¿Se busca, más bien, cuestionar algún aspecto de su ejecución? ¿Se quiere oponer al gremio de cineastas como un todo al CNAC? ¿O se quieren democratizar los financiamientos, discutiendo los métodos de adjudicación? ¿Se trata de denunciar abusos? ¿Se persigue controlar la Villa? ¿De qué se trata? No lo tengo claro. Mejor dicho, no logro adivinarlo o deducirlo. Creo que hay que ordenar las ideas, para que sepamos todos en que se anda. Si queremos debatir, vamos a organizarnos para ello. Modestamente ofrezco la capacidad que me da el cargo y mi buena voluntad como ciudadano amante del cine. Debo de decir que, en estas lides de opinión, echo de menos la participación de cineastas como Román Chalbaud, Carlos Azpúrua, Jacobo Penzo, Alejandra Szeplaki o Edmundo Aray, por nombrar a algunos de mis amigos. Me pregunto: ¿es qué no tienen nada que decir? ¿O es que, justamente, no quieren caer en ese juego de los machetazos irresponsables? Si es así, les comprendo. Tengo muy pocas coincidencias con Thaelman Urgelles, de quien fui amigo en un tiempo pasado, pero reconozco en él a una persona con capacidad para el debate. Su voz debe ser oída con cuidado y respeto si la colocamos en un contexto de discusión que merezca la pena. ¿Y acaso no debemos escuchar a Fina Torres, Beto Arvelo o Solveig Hoogesteijn, por seguir citando a buenos directores consagrados? ¿Qué pasa? ¿Y las nuevas generaciones? Quisiera oírlas pronunciarse en un foro planteado en términos más útiles que el triste espacio de las escaramuzas actuales. Lo mismo con respecto a los críticos: Qué se hagan presentes, en un espacio que vaya más allá de las pequeñas columnas de opinión, Rodolfo Izaguirre, Fernando Rodríguez, Alfredo Roffé, Alfonso Molina…. ¿Por qué no lo intentamos? Hay mucho talento, mucho esfuerzo y mucha lucha acumulada en la historia de nuestro cine. ¿Quién lo duda? Pero los tiempos cambian, a Dios gracias, y creo que, por primera vez, se intentan construir políticas públicas para el cine nacional que sean coherentes, sostenidas, incluyentes, realistas y cuantitativamente ambiciosas. Es lo que nos toca a quienes tenemos responsabilidad en la gestión. Hasta ahí podemos llegar, porque la creatividad y el talento lo tienen que poner ustedes. Ahora bien. También digo una cosa y lo digo sin soberbia: si no se da un debate sano y creador, que aporte ideas y ayude a minimizar los errores, si no se logra ese debate, digo, nosotros vamos a seguir haciendo nuestro trabajo. Queremos abrir oportunidades para todos. Y tenemos la capacidad de conseguirlo. Este es una tarea del colectivo. Pero si no se puede intercambiar ideas y criterios argumentados, si los rencores o los intereses personales entrecruzados no lo permiten, nosotros vamos a seguir avanzando. Nuevos cineastas aparecerán. Centenares, sino miles, salidos del pueblo en todo el país. Ojalá ellos pudieran aprender de la experiencia de ustedes. Pero si eso no es posible, si continúa esta especie de reyerta ciega, ellos de todas formas ocuparán los espacios naturales que el tiempo les tiene destinados. Aquí hay cine para rato. Cada vez más y mejor cine. Farruco Sesto Ministro del Poder Popular para la Cultura Caracas, 3 de febrero de 2007]]>