Gracias a Rashomon, de Akira Kurosawa descubrí la importancia del punto de vista a la hora de contar una historia. Sólo al verla entendí que un mismo relato puede variar, hasta hacerse irreconocible, de acuerdo al narrador, según el lugar desde son observados o la manera en que son recordados.
Con extraordinarias, soberbias actuaciones del gran Toshiro Mifune y Machiko Kyo, el filme examina un caso de violación y asesinato en el Japón medieval, a través de cuatro recuentos de tres testigos e implicados en los hechos. Por supuesto, cada relato difiere del anterior.
Obra maestra de Akira Kurosawa, de decisiva influencia en el cine contemporáneo. Películas como 12 Angry Men (de Sidney Lumet, quien dicho sea de paso, hizo una versión del fin de Kurosawa), hasta Reservoir Dogs, pasando por The Usual Suspects o Amores Perros le deben mucho a Rashomon, de Akira Kurosawa.
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