zapping el domingo, me topé con un programa de CNN en el que eran entrevistados los llamados ‘Tres Amigos’: Guillermo del Toro, Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón. El tema de la entrevista no giraba en torno a sus respectivas películas, de las que a estas alturas, ya deben haber hablado hasta la náusea. Esta vez los directores conversaban sobre la cruzada que, a favor de la renovación del cine mexicano, llevan adelante. Tal parece que el cine azteca enfrenta problemas similares a los del cine venezolano (y, probablemente a los del cine del resto del mundo, a excepción hecha quizás del cine estadounidense). Por ejemplo, los tres directores hablaron sobre la delicada relación entre los productores y los exhibidores aztecas. Al decir de González Iñárritu, en México el exhibidor gana mucho más dinero con una película que sus mismos productores. No obstante, el realizador de Amores Perros y Babel, expresó que, a la hora de discutir la situación había que buscar un enfoque novedoso y no caer en la tradicional satanización de los exhibidores como ‘los malos de la partida’. Agregó el realizador que días antes habían sostenido una reunión con uno de los más grandes exhibidores mexicanos y descubrieron que no iba a ser fácil encontrar una solución: los argumentos de la contraparte eran tan sólidos y válidos como las razones de los cineastas. Para González Iñárritu, la solución está en el diálogo y en la búsqueda de fórmulas que satisfagan ambas partes. Y una de estas fórmulas resultó ser la promoción de jóvenes cineastas, que buscan realizar su primera y segunda película, por la vía de porcentajes de taquilla. Al respecto, Alfonso Cuarón dijo que la receptividad de los exhibidores (y de los sectores oficiales con los que se habían reunido), cambiaba drásticamente cuando ellos tocaban el tema de la ayuda a nuevos cineastas. Cambiaba drásticamente… Para mejor, quiero decir. Cuarón cree que el futuro del cine mexicano está en manos de los realizadores de menos de 30 años (y en eso estamos de acuerdo aquí, en este blog). Los tres realizadores piensan que promover la emergencia de una generación de relevo es vital para la sobrevivencia del cine mexicano. Según González Iñárritu, el sistema actual de ayudas estatales ha favorecido la creación de una especie de principado del cine, con sus papas y príncipes. Guillermo del Toro añadió que no son esos cineastas, cuya larga trayectoria les permite negociar con mayores ventajas ante los circuitos de exhibición, los que más necesitan de ayuda, sino aquellos que apenas comienzan. Los tres aclararon que no están buscando nada para sí mismos. No precisan de la ayuda del Estado para hacer sus películas, ni de subsidios del sector privado. Tampoco pertenecen a ningún bando o facción dentro del cine mexicano, ni militan en partido político alguno. Por eso dicen ser los más indicados para llevar adelante esta campaña por la renovación del cine azteca a través de la promoción de una generación de relevo. Pero también están en campaña por la creación de una industria cinematográfica que no dependa del Estado y que, al mismo tiempo, esta ayuda se limite a la producción de películas sin fines comerciales, o filmes de arte y ensayo. Creo que hay que estar pendiente de este trío y su campaña. Nota: he escrito esta nota de memoria. Si alguien pilla la entrevista por allí y si encuentra una error aquí, déjenme un comentario. Gracias.]]>
