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En defensa del cine de autor

Alfred Hitchcock en el set

Alfred Hitchcock en el set

Cahièrs du cinéma insurgió casi con violencia contra los postulados del Neorrealismo italiano, que proponía la idea de que el cine debía limitarse a calcar la realidad. Para los críticos franceses, el cine debía proponer una visión particular de esa realidad y esa visión era elaborada por el director, a veces también guionista, responsable de las imágenes. Fue el comienzo de la Nouvelle Vague, movimiento cinematográfico que reunió a François Truffaut, Jean-Luc Godard, Jacques Rivette, Eric Rohmer, Claude Chabrol y Jean Pierre Melville, el precursor, entre otros. Ahora, para los críticos devenidos cineastas, en el cine de autor el director-guionista tenía un papel preponderante e imprimía su estilo personal a sus obras. Como Alfred Hitchcock, por ejemplo, un director que, dentro del sistema de grandes estudios de Hollywood, realizó toda su obra por encargo, películas trepidantes enmarcadas dentro de un género y con gran éxito de público, pero que hasta entonces era considerado un cineasta menor, que hacía películas meramente entretenidas. ¿De dónde surge entonces la idea errónea de que cine de autor es sinónimo de aburrimiento, de temas que sólo le interesan a su autor, de cripticismo, de cine de élites desconectado de la masa? [caption id="attachment_1715" align="alignright" width="200"]Alfred Hitchcock Hitchcock, paradigma del autor[/caption]

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