Inesperadamente, la cita de S.J. Perelman, que publicamos hace un par de días, vació los “blíchers” (¿o es el “dogout“?). Pero esta vez el acento de la discusión ha recaído en dos aspectos del cine venezolano poco o nunca analizados: el impacto de la crítica, de nuestra crítica, sobre el éxito de una película (¿es que debe tener alguno?) y el nivel de nuestro público.
Guardaré mis reflexiones sobre el primer punto para más adelante, pues me interesa sobre manera el segundo: ese arcano misterio llamado público venezolano. Y, lo que aún es más obtuso, el gusto cinematográfico de las audiencias criollas.
Con la vana esperanza de encontrar respuestas a éstas y otras interrogantes similares, me senté a ver El Público, el estupendo documental de Sergio Marcano y Phillipe Toledano.
¿Que si encontré lo que buscaba?
Desde luego que no: como todo buen documental, el de Marcano, son más las interrogantes que al final suscita, que las respuestas que aporta. Ya que su intención no es aportar respuestas sino provocar preguntas, como todo buen documental, El Público es en sí mismo la discusión y el punto de partida para la discusión.
A continuación, fragmentos…