Aquí en BlogaCine hemos reseñado con anterioridad algunas ponencias de la conferencia J.J. Abrams sobre el misterio narrativo. En cada edición, TED reúne científicos, pensadores y artistas para compartir ideas innovadoras.
La edición de este año acaba de concluir. Aún no están disponibles en la página los videos de todas las conferencias, pero el blog del evento ha publicado algunas reseñas de presentaciones interesantes. Como la de Walter Isaacson, director del Aspen Institute, biógrafo y antiguo editor de Times, quien disertó sobre el futuro de la narrativa.
¿Cuál podría ser el futuro que le espera al arte de narrar? La función de la narración es darle un sentido al mundo, conectar los puntos. En los últimos 15 años, la narrativa ha sido desestimada como el mero “imperativo de narrar eventos”. Pero quienes creemos en el arte de narrar, pensamos que estamos tejiendo un relato. Ésta no sólo funciona en las novelas y en la ficción, sino en todos los sectores de la vida.
Una de las características sobresalientes de la mayoría de las narrativas es que tienden a ser cronológicas. De hecho, los más grande todos los relatos comienzan con las tres palabras más simples: “En el comienzo…” (La Biblia). De modo que tienden a ser lineales.
Ahora que estamos entrando a una era digital –interactiva, hipertextual y colaborativa–, ¿cómo preservarmos la belleza de la narrativa?
En nuestra más lejano pasado, la narrativa era un proceso interactivo y colaborativo, y con el paso de los años y las décadas, el relato evolucionó en este sentido, lo que podría aplicarse a la mayoría de las grandes narrativas antiguas (como El Cantar de Roldán, o las piezas teatrales (la interrelación entre actores y el público, como en el Globe Theatre).
Pero entonces, algo ocurrió: la invención de la imprenta, lo que hizo de la narrativa un proceso menos cooperativo, menos iteractivo, menos interactivo. Hizo a la narrativa más tallada en piedra (o escrita en papel). De modo que esta noción del tipo emisor, donde tenemos una producción narrativa centralizada que se distribuye a una audiencia masiva, comenzó con la invención de la imprenta. Y lo mismo puede aplicarse a las películas, con la televisión.
¿Podemos recuperar las grandes cualidades del arte narrativo antiguo en la actual era digital? Hasta ahora, mucho de lo que hemos hecho ha sido poner nuevo vino en viejas botellas. Con todo lo maravilloso que pueda ser Youtube, aún se trata de gente produciendo videos y buscando nuevos canales de distribución. Como en la mayoría de las páginas de su tipo. Realmente no hemos cambiado la esencia de lo que la narrativa puede llegar a ser en la era digital.
¿Dónde vemos destellos de una nueva narrativa? En el fenómeno del wiki, donde la gente puede colaborar. Mi próximo libro será un experimiento en esa área, no sólo un producto multimedia, sino también algo que permitirá a la gente añadir sus propios pensamientos e informaciones, como un libro en perenne evolución. No tengo la menos idea de cuál será su modelo de negocios, pero así, de esa forma, probablemente se haya escrito La Ilíada y La Odisea.
Bonus Track:
Aunque en apariencia pueda parecer fuera de tópico (sí, en apariencia, porque nada de lo humano puede ser “fuera de tópico” para un cineasta), añado el video con la extraordinaria presentación del año pasado del profesor e investigador sueco Hans Rosling, experto en el tema de la pobreza.
Lo incluyo por varias razones: porque me gustaría algún día ver (o hacer) un documental sobre cualquier tema, pero con tal claridad expositiva; porque me parece alucinante el software que ha inventado (adquirido por Google) para presentar datos de una forma atractiva y, finalmente, porque muestra cuánta relación, a veces insospechada, puede existir entre los fríos datos económicos y el arte.
Traten de verla completa, porque el final es realmente impactante.