Una vieja convención en el cine de horror quiere que mientras menos se muestre el objeto del miedo, más terror puede causar en el espectador. Suele decirse que se teme mucho más a lo desconocido. La primera película de la serie Cloverfield o la primera versión de La Guerra de las Mundos, son historias que han sabido sacarle provecho a la vieja convención.
Otras, como la serie de Pesadilla en la Calle del Infierno o The Host no tienen ningún empacho en mostrar el horror a cara descubierta. La historias que toman tan radical decisión mucho le deben a Los Pájaros, de Alfred Hitchcock, un filme de terror donde los monstruos, pajaros comunes y corrientes, atacan a plena luz del día (quizás lo aterrador se derive del hecho de que no sabemos qué es lo que despierta en ellos tal agresividad, con que seguiríamos temiendo a lo desconocido).
Pero ¿sería más aterradora la película si Hitchcock no hubiese mostrado las aves?
No sé si el artista holandés Martijn Hendriks se hizo esta misma pregunta, pero lo que sí hizo fue poner manos a la obra y borrar todos los pájaros de la cinta, en su instalación Give Us Today Our Daily Terror. El resultado no es perfecto, pues en algunos momentos los pajarracos de marras parecen que se hubieran camuflado con el efecto que usaban los alienígenas rastafaris de Predator.
Pero igual resulta muy interesante. Tanto como Garfield sin Garfield.
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Vía | Llámame Lola