¿Es Tropa de Elite, de filme fascista como suele afirmar buena parte de la prensa brasileña?
…es difícil interpretar la cinta de Padilha como un elogio de la brutalidad policiaca basándose solamente en las imágenes por lo que me pregunto si la indignación de esos reporteros no se debe a los prejuicios de la crítica que presume de progresista (casi toda).
Es tan frecuente encontrarse con películas que son apenas un pretexto para que el director exponga sus ideas políticas que cualquier asomo de ambigüedad, sobre todo en lo relacionado a las libertades individuales, se transforma en un catalizador de paranoias.
Habiendo tantos espectadores que entienden el cine como una extensión de la militancia es lógico que una película como Tropa de Elite, donde se esboza una situación compleja, en apariencia sin salida, y donde se omiten las moralejas, despierte tanta ira.
Contra el rancio moralismo de la izquierda, que divide a la gente en víctimas y verdugos, Tropa de Elite afirma que la capacidad humana para el sadismo va más allá de ideologías o niveles socioeconómicos.
Tan grande es la crueldad de los narcos que en México queman vivos a los campesinos que se niegan a sembrar marihuana como la de los policías que fabrican culpables para llenar el expediente.
La franqueza de Tropa de Élite
A lo que se refiere Marcos González Ambris en su artículo en Profílmico, es a la mirada desprovista de todo romanticismo al malandro “bueno”, rebelde social producto de las desigualdades de un sistema económico injusto, tan afín al cine latinoamericano. Un estereotipo que fue adoptado por la izquierda brasileña como una respuesta a la imaginería de la dictadura militar.
Tropa de Élite señala con total franqueza que tanta culpa de la violencia en las favelas tienen los consumidores de clases medias y altas, como los policías que aplican la tortura, o las oenegés que se benefician del financiamiento del narcotráfico.