1.- No se mostrará el origen del superhéroe protagonista. De hecho, el primer fotograma debe de mostrarle ya uniformado, asestando un bofetón. A partir de ahí, la película tiene la opción de contar el origen del personaje, pero sólo a través de rótulos, tras los créditos finales.
32.- El superhéroe ha de estar disfrazado el 80% del metraje y peleándose el 75%.
68.- La pulsión criminal del villano será inexplicable…
104.- Si el héroe sufre un trauma emocional, el número de minutos invertido en la película a desarrollar y solucionar dicho problema ha de ser similar o menor que el número de minutos entregados a una pelea en la que haya una presencia decisiva de objetos gigantes (pasteles, jeringas, monedas, muñecos, trompetas).
Algunas de las reglas del “Libro de Estilo para el Rescate de las Películas de Superhéroes” de Nacho Vigalondo.