Hace apenas unas pocas semanas, publicamos un artículo que daba cuenta de la guerras de cámaras DSLR que estaba a punto de estallar.
Panasonic estaba desarrollando un modelo capaz de registrar video de alta definición. Justo entonces Nikon se le adelantó con su modelo D90 y, casi al toque, Canon dio a conocer su Mark IV.
¿Qué tienen de especial estas cámaras? La conjunción de un sensor de grandes dimensiones y óptica fija. Una conjunción ideal para registrar imágenes cuya profundidad de campo reducida, le otorga una cualidad cinematográfica.
No obstante, ninguno de los modelos era la cámara perfecta que todo cineasta independiente está buscando. Y eso fue, precisamente, lo que obligó a la gente de RED a detener el desarrollo de su cámara de bajo costo Scarlet y comenzar de cero.
La semana pasada dieron a conocer los resultados de su nueva orientación: RED Scarlet y RED Epic, dos cámaras (o, para ser precisos: el cuerpo o cerebro de dos cámaras), cuyos precios oscilan entre los 2500 y los 45 mil dólares y cuyos sensores pueden captar fotografías y video en resoluciones que van de los 3 a 9K y… 28K.
Sí, monstruoso. Se trata de modelos modulares, que el usuario puede armar a su gusto, necesidades y presupuesto. La idea es que el realizador pueda escoger el tamaño del sensor, los accesorios que requiera y hasta las dimensiones de la ventanilla y el tipo de montura de los lentes que desee usar (PL, Nikon, Canon o RED).
Y si el usuario quisiera una mayor resolución, no tiene que comprarse una cámara nueva. Bastará con cambiar el cuerpo (o cerebro) y seguir usando los antiguos accesorios.
