No bien publiqué el artículo sobre Bollywood y Hollywood, se desató en Mumbai una carnicería que ha dejado más de 100 muertos y casi 300 heridos. Mumbai (o Bombay) es la capital cinematográfica de Asia, sede de la industria del cine más grande del mundo.
Un grupo fundamentalista islámico llamado Deccan Mujahideen, desconocido hasta ahora, se atribuyó la responsabilidad por los ataques, aunque no hay versión oficial al respecto.
Entre los blancos de los atacantes se incluye una sala de cine y el hotel Taj Mahal Palace, símbolo de Bollywood. Según una nota de The Hollywood Reporter, el Taj Mahal Palace es a Bollywood lo que el Carlton a Cannes o lo que fue a Hollywood, el hotel The Beverly Hills.
Además del Taj Mahal, hubo ataques contra el hotel Oberoi Trident, una estación de trenes y hasta contra hospitales, lo que dificultó las labores de atención de los heridos.
Los ataques fueron perpetrados además en la cuarta noche del Festival Internacional de La India, un evento que el próximo año cumplirá cuatro décadas de existencia. El Festival, afortunadamente, se desarrolla en la ciudad de Panaji, ubicada a 593 km. al sur de Mumbai.
En el momento en el que escribo estas líneas, la televisión informa cómo aún siguen escuchándose explosiones en los hoteles tomados por los atacantes, el Taj Mahal Palace y el Oberoi Trident. Se habla de 5 0 6 terroristas que mantendrían de rehenes a unos 15 o 20 ciudadanos estadounidenses o británicos. El Taj Mahal Palace, no obstante, ha sido liberado por las fuerzas de seguridad.
Como decía al comienzo de este artículo, nada más ayer destacaba cómo los cineastas y productores estadounidenses comenzaban a ver a Bollywood como una alternativa a la rigidez creativa y laboral de Hollywood y la recesión en la que se ha sumido la economía estadounidense.
Supongo que todo eso cambiará ahora.