El Centro Comercial Sambil La Candelaria es una enorme estructura que se alza en pleno corazón del tradicional barrio de La Candelaria, en el centro de Caracas. Es parte de una cadena de malls que forman parte del paisaje urbano de al menos ocho ciudades venezolanas de importancia.
Pero el Sambil La Candelaria es noticia por razones distintas a las comerciales. Días atrás, Hugo Chávez, presidente de Venezuela, ordenó su expropiación alegando que su inauguración crearía un caos vial en una zona en perpetuo estado de congestionamiento.
Ahí en La Candelaria, donde no cabe un alma, van a abrir un Sambil. No, no y no. Quién aguanta el tráfico en la avenida Urdaneta. Hay que tomar acciones. Entonces dejo en sus manos señor alcalde ese asunto. Eso no se puede permitir(…) Eso va a colapsar todo el centro de Caracas. Pare eso señor alcalde. Vamos a revisar todo eso y a expropiar… ¿Cómo vamos a hacer el socialismo entregando los espacios al Sambil?
Dicho sea de paso: aquí en Venezuela se suele decir que sólo los centros comerciales Sambil le ganan en popularidad al presidente, lo que acaso explica la oposición entre socialismo y “sambilismo” que Chávez cuela tácitamente en su última frase.
Da concretarse esa expropiación, y no hay nada que indique lo contrario, máxime cuando es sabido que Chávez ha hecho todo lo que ha dicho, el cine venezolano no será inmune a sus repercusiones: de un solo golpe, las cadenas de exhibición cinematográfica locales perderían alrededor de una docena de salas de cine.
No es descabellado especular que la medida creará turbulencias en la relación entre productores locales y exhibidores, y puede que se vea afectada la comercialización de películas venezolanas.
Desde hace un tiempo se viene hablando de expropiar o nacionalizar salas de cine con el fin de dedicarlas a la proyección exclusiva del cine de Venezuela. En este blog se suscitó una discusión al respecto en la sección de comentarios de artículo sobre Macuro, la fuerza de un pueblo, ópera prima de Hernán Jabes producida por la Villa del Cine. Da la casualidad que el tema del filme de Jabes es, precisamente, el de la conflictiva frontera entre la propiedad privada y el bienestar común.
¿Terminarán las salas de cine del Sambil La Candelaria en manos de la Cinemateca Nacional? Eso está por verse. Como quiera que el plan gubernamental es convertir la mole de concreto en un hospital, quizás en un futuro próximo podamos decir, con toda propiedad, que el cine venezolano goza de buena salud.