Nuevamente, el Medio Oriente. Palestina, otras vez. Israel, otra vez.
Un conflicto de nunca acabar, donde no todo es en blanco y negro, como tradicionalmente nos lo han vendido. Tanto, que una de las mejores páginas en castellano dedicadas al tema se llama Guerra Eterna, del periodista español Iñigo Sáenz de Ugarte. Lectura imprescindible por estos días, cuando soplan vientos bélicos
Se acaba el año y muchas publicaciones dedicadas al cine hacen las listas de rigor. Lo mejor y lo peor de 2008. Y el tema del conflcito del Medio Oriente está presente en casi todas las listas de las mejores películas. Casi todas mencionan el documental animado israelí, Waltz with Bashir de Ari Folman.
Estrenado en el pasado Festival de Cannes, el documental cuenta las experiencia de Foldman en la guerra del Líbano, en 1982. Es además una investigación de la matanza de los campamentos de refugiados de Sabra y Chatila.
El filme costó 2 millones de dólares y requirió de 4 años de trabajo. Curiosamente, no se empleó la misma técnica, ni el mismo software (A Scanner Darkly, ambas de Richard Linklater. Waltz with Bashir no es un filme “rotospiado”, sino animado digitalmente por un pequeño equipo de artistas. La herramienta principal de animación fue Flash, de Adobe. Adicionalmente, se usó Maya y After Effects.
Según Film&Video, publicación que le dedica un artículo al proceso de realización del filme, se dibujaron 3 mil 500 fotogramas-clave, que sirvieron de punto de partida para el resto de la animación. Los detalles de los fondos se reconstruyeron a partir de fotografías. Y para lograr un mayor grado de realismo en la animación, el rostro y el cuerpo de los personajes fue dividido en secciones y subsecciones.
Foldman se encuentra ahora trabajando en la adaptación de una de las novelas de culto de la ciencia-ficción, El Congreso de Futurología de Stanislav Lem.