Quien haya seguido la vida y carrera de Werner Herzog, o al menos haya visto Mein liebster Feind (Mi enemigo íntimo), sabe que lo que cuenta este post no es en lo absoluto inusual o extraordinario, tratándose de quien se trata.
Que le disparen en plena entrevista es normal en el caso de Herzog. Raro habría sido que no le pasara nada.
De modo que le disparan. La entrevista se traslada a un lugar seguro. Herzog le muestra la herida, aún sangrante, al entrevistador de la BBC. El periodista se preocupa, Herzog lo calma:
No es nada de importancia.
Puro Herzog.
Qué duro sigue siendo ese viejo loco.
(El video es de hace más de un año, pero como aquel viejo chiste, yo me enteré esta mañana)