La primera parte de este artículo generó unos cuantos comentarios interesantes sobre las implicaciones éticas y morales de una exposición como Bodies Revealed. En la discusión, asomé algunas ideas que quería exponer en esta segunda parte.
Hay quienes opinan, como Helena o Juan Cruz, que se trata de un asunto meramente educativo y no encuentran nada reprobable en Bodies Revealed. Y está quien no cree que sea educativa en lo absoluto, como Jonathan (aunque no sé si en plan irónico). Jodreman sacó a relucir un par de autores que pensaba citar aquí, Thomas de Quincey y Jonathan Swift (yo agregaría a Ambrose Bierce y su Aceite de Perro), por lo que ya no tengo que hacerlo.
Aparecieron incluso, defensores de Capulina, como Samuel y el fake Rorro.
Y finalmente, Luigino Bracci protestó por lo que consideraba otra información tendenciosa de BlogaCine. Es cierto que en el artículo no menciono que el SENIAT clausuró la exposición alegando un presunto ilícito aduanero. Pero no es menos cierto que el artículo incluye enlaces a notas de prensa que suministraban ese dato.
Ayer, en su programa dominical, el Presidente de Venezuela, Teniente Coronel Hugo Chávez, contó cómo después de leer la información publicada por VEA, tomó el teléfono y le ordenó a los cuerpos de seguridad venezolanos investigar el asunto. Queda así confirmada la relación (que yo había leído en algún lugar que no logro recordar, puede que en el propio VEA) entre la información de VEA y el procedimiento llevado a cabo por los organismos de seguridad venezolanos. De algún modo, tanto el SENIAT y el CICPC actuaron in noticia criminis. El video que encabeza este artículo, confirma además que se trata de cuerpos asiáticos. Ojalá no sean de disidentes chinos como se ha sospechado. Pero si si eso llegara a comprobarse, esperemos que haya algún pronunciamiento al respecto.
Antes de pasar al tema del artículo quiero aclarar que aunque BlogaCine no es un medio de comunicación en el sentido tradicional, siempre he tratado de llevarlo de la manera más responsable posible. No publico nada sin confirmar, rectifico cuando me equivoco y procuro no hacer acusaciones sin fundamento.
Dicho lo anterior, al grano.
En nuestro primer artículo decíamos que la momia más aterradora del cine apenas aparece en la película que protagonizaba. No habla, no se mueve, no resucita y se echa andar. Está quieta, sentada en su poltrona, frente a su televisor perennemente encendido. Es la momia de la mamá de Norman Bates, el psicópata edípico de Psycho!, opus magna de Alfred Hitchcock.
Robert Bloch, autor de la novela que Hitchcock llevó a la pantalla, se inspiró en la historia real de un asesino necrófilo que, si se quiere, tuvo algo en común con el Walter Prasley imaginado por Corman en A Bucket of Blood. Y acaso con Gunther von Hagens, creador del proceso de momificación por polímero llamado plastinación, usado para preservar los cuerpos de la exposición clausurada en Venezuela, Bodies Revealed.
El 17 de noviembre de 1957, agentes de la policía de Plainfield, Wisconsin, que investigaban la desaparición de la señora Bernice Worden, de 58 años, entraron a la propiedad de un solitario granjero llamado Edward Gein. Cuando abrieron la puerta de la casa, los agentes seguramente no se les ocurría pensar que encontrarían lo inimaginable…
El material más usado en la decoración interior de la vivienda era humano. Había lámparas y silla tapizadas con piel humana y cabezas disecadas como adornos. De las paredes colgaban pieles de rostros de cadáveres enmarcados y cuatro calaveras remataban las esquinas de la cama. Había brazaletes, medias y vestidos confeccionados con piel humana, platos de sopa hechos con la tapa de los sesos de cadáveres, y varios órganos en la nevera.
La investigación posterior determinaría que Ed Gein saqueaba las tumbas de cementerio local para obtener la materia para elaborar su espeluznante proyecto decorativo. Y, como el protagonista de A Bucket of Blood, en algún momento debió requerir de un material mucho más fresco. Fue así como secuestró, mató y descuartizó a Mary Hogan, de 51 años y a Bernice Warden, cuyo cuerpo decapitado y abierto en canal, aún colgaba del techo cuando los agentes policiales entraron a la casa del macabro campesino.
Gein vivía solo en la granja desde la muerte de su hermano y su madre, Augusta Gein, una fanática luterana, dominante y castradora, que educó a sus hijos con puño de hierro: no les permitía tener amigos y les ensañaba que todas las mujeres eran prostitutas e instrumentos del diablo. Su hijo menor desarrolló, como consecuencia, una relación patológica con el sexo y su propio cuerpo.
A Gein se le atribuyen sólo dos asesinatos. No es de los más prolíficos asesinos en serie de la historia, pero los detalles espectaculares hicieron del caso uno de los más notorios del siglo XX en los Estados Unidos. no es de extrañar pues que Gein pronto se convirtió en el modelo de varios psicópatas cinematográficos.
(Atención, Spoilers)
De Gein, el voyeurista Norman Bates, protagonista de Psycho! heredaría el Complejo de Edipo, su madre castradora, la homosexualidad latente sublimada en el acto de matar, su habilidad para la preservación de cadáveres y el trasvestismo.
También Leatherface (The Texas Chain Saw Massacre), acaso el psicópata más aterrador del cine, es un heredero de Gein. Especialmente por su carácter rural, su máscara de piel humana, su antropofagia y su casa decorada a punta de carne y huesos.
Como Robert Bloch antes, el novelista Thomas Harris se inspiraría en Ed Gein para componer el personaje de James Gumb/Buffalo Bill, de El Silencio de los Inocentes, un homosexual travesti que buscaba resolver su conflicto de género a través de una concepción muy particular del oficio de corte y costura.
(Fin de los Spoilers)
No podemos decir que, como quería de Quincey, Gein consideraba el asesinato como una de las bellas artes. Aunque puede tener en común con Gunther von Hagens, la concepción del cuerpo humano como materia prima del arte; tampoco creo que pueda considerarse un artista. Ni siquiera un artista naïf. Acaso sea mejor definirlo como un decorador de interiores autodidacta con un gusto retorcido por los materiales no tradicionales. Un buen artesano de la muerte.
Y, ciertamente, aunque su “trabajo” poco o nada tiene que ver con Bodies Revealed, inspiró la momia más aterradora del cine, EMHO.
Ed Gein | Un corto documental