Siempre hemos supuesto que en la revolución, en el socialismo, es donde el arte y los artistas debían encontrar toda la libertad y posibilidades del mundo, donde la imaginación encontraría un cauce sin fronteras de ningún tipo para expresarse, y que esto, además, sería válido para todos, estaría al alcance de todos sin más límite que el talento y la voluntad y disciplina para el trabajo. Y esa es la relación que yo creo que debe haber entre arte y revolución. Sólo agregaría que la libertad es también un ejercicio de responsabilidad. Hacer lo que me da la gana no es exactamente ser libre, también puede representar ser tonto. La libertad mal entendida es el reino de los pillos y los mercaderes.
Senel Paz, escritor y guionista cubano, autor del texto de Fresa y Chocolate, entrevistado por El Universal.