Técnicamente las páginas de enlaces no infringen la LPI (Ley de Propiedad Intelectual), pero no hay duda de que perjudican a los autores. Estos sitios aprovechan los vacíos legales de forma desleal y, en última instancia, dañan al autor. Creo que es competencia desleal. Además, sus responsables no se pueden escudar en que como los creadores no tienen un modelo de negocio claro, les da derecho a ofrecerlo ellos gratuitamente y sin remunerar al autor. Tampoco es cierto que la industria cultural no se haya sabido adaptar a la nueva realidad tecnológica. iTunes o Spotify son ejemplos de éxito de un modelo respetuoso basado en licencias.
El abogado Miquel Peguera, en El País de España. El diario publica un completo dossier sobre el tema.