Hoy arranca el Festival de Cannes de este año 2010 y de todas las cintas programadas, hay una en particular cuyo tema no sólo me mueve al entusiasmo, sino que además su tratamiento me resulta muy curioso.
Se trata de Somos lo que hay, ópera prima de Jorge Michel Grau y cuya trama se centra en la lucha desesperada de una familia por su supervivencia luego de que muere el padre, único proveedor de su alimentación. Visto así, no se diferencia mucho de unas cuantas películas mexicana, de corte social, que hemos visto antes.
Dice su sinopsis:
Una familia queda desamparada al morir su padre y líder; a partir de ese momento sus tres hijos y su viuda se enfrentan a una tempestad. Los cuatro tendrán que plantar cara a su peor pesadilla: conseguir alimento por sus propios medios. Continuar con sus ritos es vital, deben comer carne humana para sobrevivir. Ahora, por decreto, el mayor de los hermanos, un adolescente desubicado, tendrá que guiar a los suyos para conservar su tradición caníbal, sin saber que, en el intento, tendrá que sacrificar su propia vida.
Somos lo que hay se presenta en la Quincena de Realizadores, en Cannes.
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