A partir de hoy viernes 14 de mayo de 2010, SubHysteria, la ópera prima de Leonard Zelig, actor, productor y realizador venezolano afincado en New York, llega a las salas de cine de Venezuela.
Creo que a estas alturas, la película no necesita de una pormenorizada introducción. Sabemos que se trata de una cinta de modesto presupuesto (130 mil dólares, ínfimo si se compara con los millonarios presupuestos de Hollywood), poco menos de una cuarta parte del presupuesto regular de una película venezolana. Sabemos también que su parte de su trama y de su proceso de realización fueron improvisados, aunque sobre una línea argumental definida, ensayos planificados cuidadosamente y una que otra refilmación.
La trama transcurre en un vagón del metro de New York, en el que quedan atrapados un variopinto grupo de personajes. Como locación fue usado un simulador del metro ubicado en el edificio 14 de la sección de entrenamiento del FDNY o departamento de bomberos de Nueva York. Y todo esto lo sabemos gracias al pormenorizado registro del proceso que Zelig llevó en su blog a lo largo de la realización. Realización open source…
Valga destacar que, así como para su financiamiento y realización, SubHysteria se valió de la Web 2.0, ahora que se ha llegado la hora de su estreno, la promoción se ha afincando fuertemente en técnicas de mercadeo viral en la red: desde proyecciones organizadas desde redes sociales, hasta intensa publicidad basada en el boca a boca. Particularmente, en Twitter, donde hoy pueden leer toneladas de comentarios y donde, seguramente, se leerán a partir de esta noche, toneladas más.
Lo dije hace algún tiempo. Pronostiqué entonces que veía un inminente cambio en el cine venezolano. Un cambio forzado por internet, el fenómeno de las redes sociales, el abaratamiento de los medios de producción, el mercadeo viral y el boca a boca. Quienes se empeñan en mantenerse al margen, comienzan a rezagarse.
SubHysteria | Teaser | Los 10 primeros minutos