Ayer en la tarde, los organizadores de Distrital, nos llevaban a conocer una experiencia de cine club comunitario en el barrio bravo de Tepito.
Después de casi una hora en el diabólico tránsito del DF, tuvimos que devolvernos justo al llegar. Los accesos al barrio estaban bloqueados por la policía. Dentro tenía lugar una protesta contra la inseguridad que se extendería toda la noche. Alguien comentó que todo había comenzado cuando una pareja denunció el robo de sus dos hijos, que supuestamente se llevaron de su propia casa. No sé si la versión es verídica.
El forzoso cambio de planes nos llevó a un enorme centro comercial en Reforma donde tendría lugar la premiere de ‘Somos lo que hay’, ópera prima de Jorge Michel Grau.
Varios locales del centro comercial estaban en penumbras. No había electricidad y en la sala de cine no había aire acondicionado —sip, yo también pensé lo mismo, pero el corte de debía a un desperfecto; no a un racionamiento.
La trama de la película, protagonizada por una familia de caníbales mexicanos en crisis alimentarias, se desarrolla en lúgubres y abigarrados escenarios, en un oxidado mundo postindustrial, opresivo, claustrofóbico, que lo mismo puede ser el estilizado ambiente de un film de horror que el retrato más o menos fiel de la cotidianidad del D.F.
Y a pesar de todo su gore, y de una banda sonora que suena como un Bernard Hermann interpretado por Apocalyptica, el film no está exento de humor.
Hace rato arrancó el Foro Iberoamericano de Cine Clubes Comunitarios. El evento busca intercambiar ideas y experiencias de diferentes países, en la búsqueda de alternativas de exhibición de las cinematografías regionales.
Pueden seguir las conferencias en vivo en la página del festival, especificamente en la pestaña de video.
También recuerden seguir nuestras actualizaciones en Twitter.