¿Es Natalie Portman una buena ballerina o, al menos, una aceptable? ¿Puede una actriz formarse como ballerina en apenas año y medio? Son dos de las preguntas que permanecen en el centro de la discusión desde que Natalie Portman ganara el Oscar a la mejor actriz semanas atrás.
Para un absoluto y completo ignorante del tema del ballet como yo, su trabajo me pareció muy convincente. Incluso, creo se me antojo al nivel del de Robert de Niro en Toro Salvaje. Así como de Niro podía convertirse en boxeador profesional, después de ver Black Swan salí convencido de que Portman podía fácilmente dejar el cine y dedicarse a la danza profesional.
No estaba tan equivocado. O quizás, lo estaba, pero no de la manera que yo creía. Portman resulta creíble como ballerina porque, en realidad fue una ballerina la encargada del trabajo. Sólo que por, obra y gracia de los efectos especiales, su cabeza fue reemplazada por la de la actriz. Su nombre es Sarah Lane y es miembro del American Ballet Theatre. Si no les suena es porque los productores del film se encargaron de mantenerla en secreto.
Dice Sarah Lane:
Ellos (los produtores) estaban tratando de crear esta fachada de que ella (Natalie Portman) se había convertido en una ballerina en un año y medio. De modo que yo sabía que no querían darle publicidad a nada acerca de mí. Lo más desafortunado de todo es que, como bailarines profesionales, trabajamos muy duro, pero la gente cree que es lo suficientemente fácil como para hacerlo en un año. Eso es lo que me molesta más.
Pero no sólo Portman usó un doble de cuerpo, también Mila Kunis fue doblada por una ballerina profesional, la solista del American Ballet Theatre, Maria Riccetto.
Según Dance Magazine, los productores llegaron al colmo de eliminar a Lane del video tras cámaras que recopilaba algunos de los extraordinarios efectos visuales de la película.
Vía | Dance Magazine