Curioso es además que Mondo Cane obtuviera una nominación al Premio de la Academia, el Oscar. Esto sucedió en el año 1964, cuando el tema “More” compuesto por Riz Ortolani y Nino Oliviero, y cantado por Norman Newell, fue considerado al galardón en el rubro de “Mejor Canción”.
Ir a la primera y a la segunda parte.
Mondo Cannes
Ese mismo año Riz Ortolani estuvo nominado al Grammy, por la composición de la banda sonora, la cual es una maravilla, y es probablemente el mejor acierto de Mondo Cane. El matrimonio imagen-música es una delicia.
Para inflar un poco más el asunto, dos años antes, en Cannes, la película optó por la Palma de Oro, y ganó el premio David di Donatello a la “Mejor Producción”.
Aquí “More” cantado por Judy Garland en uno de los capítulos de “The Judy Garland Show”.
También existen versiones de Nat King Cole, Roy Orbison y el mismísimo Frank Sinatra, entre otros.
Mi top 5 de las secuencias que se ven en Mondo Cane
Admito que me impacté en varios momentos (solo en un par) de la película, pero finalmente concluyo que es una película asombrosa y hasta risible. Es por esto que quizás un abreboca adicional pueda interesarle a más de un lector de este post, sobre todo porque “Mondo Cane” (e incluso su secuela) se puede conseguir fraccionada en YouTube. Debe haber versiones más extensas que otras. De hecho el trailer suma escenas que no vi en el compilado que obtuve en DVD.
En todo caso, les doy un avance en forma de “top”:
1) En el Pacífico, una década después de la última explosión de la Bomba H, a pocas millas de Atol de Bikini, un archipiélago envenenado ha generado que una variedad de peces abandonen brevemente su hábitat (desconfiando de la radioactividad) y ahora …trepan por los árboles!
2) De igual forma, en otra secuencia de “Mondo Cane” más parecida a un programa de animales del National Geographic, se narra como la contaminación atómica ha destruido el sentido de orientación de una tortuga, a la cual vemos caminando agonizante hacia el interior de la isla en vez de ir hacia el mar. Dramáticamente muere por el sol y el cansancio. Es tal vez la secuencia que más me impresionó.
3) En Tokio Onsen, se describe en imágenes la estación de “purificación y lubricación” de japoneses que han bebido toda la noche y amanecen totalmente borrachos. Las chicas encargadas de la limpieza y los masajes solo visten shorts y brassiers. Las escenas son hilarantes.
4) En la isla Tiberina, en Roma, la hermandad de “The Red Sacks” conserva esqueletos destartalados como “símbolo de piedad”, en una especie de museo macabro. Las familias protegen los huesos y visitan el lugar todos los viernes, donde hacen una fiesta. Es aquí donde vemos a niños manipulando calaveras cual si se tratara de juguetes desarmables de Fisher Price.
5) En Raiputh, en una aldea muy pobre de la costa de Malasia, pescadores que han sido mutilados por tiburones recogen aletas para ser vendidas a un restaurante (como comida afrodisíaca); a la vez que planean una terrible venganza en contra del escualo.
No estaría de más revisar los extravagantes libros que ya son casi una franquicia en Latinoamérica y que han sido aplicado como guías de turismo pero apuntadas hacia lo más inusitado de capitales como Buenos Aires, Bogotá, Lima y Santiago de Chile (escuché que también Caracas estaría en desarrollo), se trata de la serie “bizarro” de la cual se puede saber un poco más revisando este artículo.
Esta bibliografía se me hace perfecta para ser adaptada a un no menos sorprendente guión “mondo”, un tanto más urbano. ¿Se imaginan producir una película “Mondo Venezuela” en estos tiempos? ¿sobre qué harían un registro ustedes? Prácticamente, mientras sea insólito o extraño, todo vale!