Érase una vez un barco es un emotivo retrato de una especie de artesanos y un oficio en extinción: los carpinteros de ribera y la construcción artesanal de embarcaciones. El film está dirigido por un veterano de nuestra cinematografía, Alfredo Anzola, y es conducido por uno de nuestro humoristas más celebrados, Emilio Lovera.
Tiempo atrás publicamos una nota sobre esta película y su blog, donde citamos la explicación de Anzola sobre la idea original:
Hace más de 30 años, mi amigo Alberto Vera me dijo: “Tú tienes que hacer una película sobre los carpinteros de ribera, que son una especie en vías de extinción”. Afortunadamente, hoy todavía están vivos y siguen existiendo carpinteros de ribera y pescadores. Ellos, con todas las emociones, historias y necesidades de construir un barco, serán los protagonistas de este cuento.
Así que esta historia empieza así: “Erase una vez un barco hecho en Río Caribe por Manuel Sánchez e Isaías, quienes entre el plantado de la quilla y la botadura del barco compartirán sus vidas, sus amigos y hasta sus cervezas con nosotros…” Haciendo esto descubrí que en mi país hay gente haciendo cosas hermosas, con una calidad impresionante, esos son los carpinteros de ribera.
A lo largo del documental, Anzola devela los secretos de un oficio que poco a poco claudica ante el empuje de la industrialización y los materiales sintéticos, un oficio que acaso dentro de poco desaparezca por completo.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=sYZELJnEAzg[/youtube]