—Juan José Campanella le reprochó que no elija para Cannes un cine más comercial.—Campanella me atacó amablemente, pero yo estoy muy interesado en el cine comercial argentino, me encantaría elegir una comedia ¿Por qué no? Que nos muestren la película y si es buena, si tiene algo novedoso, va a entrar ¡Pero estamos habituados a las polémicas! Este año, sin ir más lejos, tuvimos el affaire Lars Von Trier. Está claro que él no es nazi, tiene una mujer e hijos judíos, pero fue tonto, muy torpe en lo que dijo sobre Hitler. Yo creo que Melancholia podía ganar la Palma de Oro porque al jurado le gustó mucho. Finalmente, le otorgaron el premio de actuación a Kirsten Dunst para no dárselo directamente a él. Von Trier es un poco como Nietszche, siempre sufriendo y provocando. Hace dos años estaba muy enfermo cuando presentó Antichrist, pero en mayo último lo ví bastante mejorado. Y terminó como Zinedine Zidane, cerrando su carrera con un cabezazo en la final del Mundial… Igual, yo siempre separo a la persona y a la obra de arte. Por eso, trajimos Melancholia a Buenos Aires
Thierry Frémaux, presidente de Cannes, entrevistado por Diego Batlle.