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¿Quién es Jafar Panahi?

Jafar Panahi
Jafar Panahi

Jafar Panahi es cineasta. Uno de cineastas más importantes de su país, Irán. Comenzó su carrera de la mano del más importante de los cineastas iraníes, Abbas Kiarostami, como su asistente de dirección en Detrás de los Olivos (1994).

Poco después, se dio a conocer internacionalmente como director con su ópera prima El Globo Blanco. Con un guión de su mentor, Kiarostami, el film se alzó con la Cámara de Oro en Cannes. Desde el principio, Panahi se propuso “contar eventos humanitarios interpretados de una manera poética y artística”:

En un mundo donde las películas se hacen con millones de dólares, hicimos una película –El globo blanco– sobre una nena que quiere comprar un pez por menos de un dólar…

Dos años después presentó al mundo la que es considerada su obra maestra, El Espejo . Y tres años luego, El Círculo, con la que ganaría el León de Oro en Venecia.

Sobre sus tres primeras películas, el realizador diría:

Tres películas, El globo blanco, El espejo y El círculo(2000, León de Oro en Venecia), son como ciclos, o círculos, completos, donde los personajes enfrentan problemas e intentan escapar a los límites de estos círculos. Es en El círculo que nos referimos de manera directa a estos ciclos, como una suerte de pista de carrera, donde los corredores vuelven al punto de partida: si ganan, ganan juntos; si pierden, pierden juntos. Pero en realidad la victoria es de una sola persona.

A comienzos de la década pasada, Panahi se alzó con el premio en Un Certain Regard en Cannes con su nuevo film, Crimson Gold. Pero tal vez muchos le recuerden por Offside, del 2006, Oso de Plata en Berlín, y exhibida en algún momento en nuestro país, Venezuela. Fue además la película que estancó su carrera: un film que contaba las peripecias que vive una mujer iraní al disfrazarse de hombre para entrar a un estadio para ver una eliminatoria de la Copa Mundial. En otro contexto, esa sinopsis originaría una comedia de enredos. Pero no en el Irán fundamentalista de los Ayatolah, donde las mujeres deben ir cubiertas y han sido confinadas al hogar.

En 2009, Panahi participó en las protestas que siguieron al triunfo electoral de Mahmud Ahmadinejad. Pero no sería detenido hasta marzo del 2010, junto a su esposa, hija y los cineastas Mohammad Rasoulof y Mehdi Pourmoussa. Panahi sería acusado de querer hacer (sí, ni siquiera de hacer, sino de sólo tener la intención de hacer) una película contra el gobierno. Pronto sería condenado a un pena bárbara: seis años de prisión domiciliaria y 20 años de ostracismo cinematográfico y prohibición de salida del país.

No obstante, durante los primeros meses de su exilio interior, Panahi se las arregló para filmar una película que no es, en realidad, una película (con lo que técnicamente no violó su condena). Realizada en el interior de su casa, con la compañía de una iguana, Esta no es una película narra un día en la vida del cineasta condenado. Almacenada en un pen drive, la película cruzó medio mundo embutida en un pastel para su estreno en Cannes, un evento que ese año le reservó una silla como jurado. Panahi no pudo acudir al evento para ocuparla.

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Hoy se ha sabido que el festival de Berlín decidió seguir el ejemplo de Cannes al invitar a Panadi, junto a sus dos colegas detenidos —Rasoulof y Pourmoussa— a participar en el evento en calidad de huéspedes especiales.

No se sabe si los directores podrán asistir.

Panahi tiene un puesto en la historia, no sólo del cine, sino del arte mundial. Su alegato de defensa pasará a la historia como un ardiente alegato a favor de la libertad de creación:

Mi caso es un ejemplo perfecto de cómo ser castigado por un crimen que aún no se ha cometido. Usted me está juzgando por hacer un film que, al momento de nuestro arresto, había sido filmado apenas en un 30 por ciento. Usted debe haber escuchado que el famoso credo de “No hay dios, excepto Alá” se convierte en blasfemia si sólo se dice la primera parte y se omite la segunda. De la misma manera , ¿cómo se puede establecer que se ha cometido un crimen con sólo mirar el 30 por ciento de las tomas brutas de un film que ni siquiera se ha editado aún?

No comprendo la acusación de obscenidad dirigida a los clásicos de la historia del cine, ni entiendo el delito del que se me acusa. Si estas acusaciones son verdaderas, usted no sólo nos está juzgando a nosotros, sino a todo el cine iraní con conciencia social, humanística y artística. Ese cine que trata de mantenerse más allá del bien y del mal, un cine que no juzga ni se entrega al poder o al dinero, sino que trata de reflejar con honestidad una imagen realista de la sociedad.

Alegato de defensa de Panahi | Primera parte | Segunda parte

Fuente | La Maja Descalza

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