Cinco veces campeón absoluto del Wing Bowl de Filadelfia, Bill “El Wingador” Simmons atrajo la atención del realizador y documentalista ganador del Oscar, Errol Morris. Resulta ser que Morris es aficionado a los concursos de comilonas y en los setenta había visitado a Eddie “Bozo” Miller, cuyo nombre figuraba entonces en el libro de los Records de Guinnes por haber ingerido 27 pollos asados en una sentada.
Morris no realizó ningún documental sobre Bozo, pero cuando fue contratado para filmar una campaña publicitaria para KFC, supo que se le hahbía presentado una nueva oportunidad. Para un spot de 30 segundos sobre alas de pollo a la parrilla contrató a El Wingador, con quien tenía algo en común.
El Wingador es un hombre comprometido con cierto tipo de excelencia —o, al menos, con un cierto tipo de exceso. Desde luego, yo habría podido seleccionar a otro campeón de comilonas, pero supongo que tengo una afinidad por el pollo. Es evidente que su comida favorita es el pollo —particularmente alas (en inglés, “wings”) de pollo. Yo le pregunté: “¿por qué no perros calientes (hot dogs)?”. Su respuesta, simple y llana, fue: “Hey, mi nombre es ‘El Wingador’, no ‘El Hotdogador'”.
Todo este asunto no deja de ser extremadamente sorprendente para mí. Hace años escribí un cuento satírico —Spaghetti Western— sobre concursos de comilonas que bien podría protagonizar El Wingador. Y yo pensando que se me había ido la mano con la imaginación…