Esta fue el fin de semana de Seven Seconds. La serie de Netflix producida por Veena Sud (The Killing) creo que tomó a muchos desprevenidos. Estrenada el pasado viernes 23 de febrero, este fin de semana en las redes no se hablaba de otro trabajo audiovisual. Excepto, Black Panther, quizás. Y ambos trabajos comparten el tema racial como punto en común.
La historia arranca con impacto. Un arrollamiento y su posterior encubrimiento. Pero el incidente enseguida gana notoriedad. Primero, porque la víctima es un chico negro, oriundo de una zona de bajos recursos de Jersey City. Segundo, porque el victimario es un policía de narcóticos. Blanco. Y ya sabemos todo lo que implica la ecuación policía blanco-víctima negra, en el Estados Unidos post Rodney King. Post Ferguson.
Sobre todo cuando el caso está en manos de una fiscal negra, alcohólica, en busca de redención. Y de un detective un tanto negligente, cornudo pero con un amor desmedido hacia los perros viejos y el chicle.
Seven Seconds, radiografía del fin del American Dream
Como en The Bonfire of Vanities, el gran fresco de Tom Wolfe, el arrollamiento es apenas el incidente catalizador para poner en movimiento una trama que se convertirá en la radiografía de la sociedad estadounidense actual, fracturada por los conflictos raciales, castigada por la crisis económica. Y devorada en su totalidad por el flagelo de las drogas. La tan publicitada epidemia de opiáceos que está diezmando a los estadounidenses sin discriminar clases sociales o edades.
Pero Seven Seconds también es el retrato de un sistema judicial cuyas bases han sido carcomidas por la corrupción y la negligencia policial y que ha dejado de ser garante de la justicia.
Finalmente, pero ante nada, Seven Seconds es la crónica de la desintegración familiar por las consecuencias devastadoras de la tragedia, la violencia y la injusticia. Y en este aspecto es que la escritura del guión, y un reparto impecables, brillan.
Seven Seconds, la producción
Si algo destaca en el conjunto de una producción caracterizada por la excelente, eso es precisamente, el reparto de esta serie. Prácticamente, no hay un solo actor que desentone. Pero Regina King, quien interpreta a Regina Butler, la madre del niño arrollado, brinda una actuación digna de pasar a la historia de la televisión. Consumida por el dolor, a punto de desmoronarse, saca fuerzas de su aflicción para lanzarse a una búsqueda desesperada de la justicia.
Además de sus personajes contradictorios, llenos de defectos y flaquezas, humanos en fin; la serie te mantiene adherido a su trama a punta de revelaciones y giros argumentales sorpresivos. Una trama que te obliga a preguntarte en todo momento, “¿y qué va a pasar ahora?”. La serie está inspirada en el fin ruso The Major, de Yuriy Bykov.
Hasta ahora no se ha confirmado una segunda temporada. Sí se sabe que de confirmarse, será una serie antológica. Pero un poco como en el sentido de The Wire. Puede que continúen algunos de los mismos personajes, pero la nueva temporada exploraría otro aspecto de Jersey City. De una forma parecida a como David Simon fue retratando el Baltimore post 9/11 o la New Orleans después de Katrina.
Seven Seconds es uno de los espectáculos más finos y provocadores de los últimos años. No puedo dejar de recomendarla. Eso sí. Si la van a ver, aparten un día completo para la tarea. Una vez que empiezas, es difícil parar de verla.