El abrazo de la Serpiente de Ciro Guerra fue acaso la película más importante de 2015. A tal punto que terminó nominada la Oscar de Mejor Película de habla no inglesa por Colombia. Y, al mismo tiempo, se trata de una de las más complejas películas realizadas en América Latina en la última década.
En principio, El Abrazo de la Serpiente se inscribe en la tradición de historias estructuradas en torno a un viaje fluvial, que sirve como metáfora de la progresión hacia la locura o un plano de conciencia superior. Al ver el film de Ciro Guerra es casi inevitable pensar en The African Queen, de John Houston, Apocalipse Now de Francis Coppola o Fitzcarraldo de Werner Herzog. Y, como acaso es de esperar, en El Corazón de las Tinieblas, de Joseph Conrad.
Como en el film de Coppola, al final del trayecto, los protagonistas tendrán encuentros con la demencia derivada del aislamiento selvático. Pero a diferencia de Aguirre, der Zorn Gottes, también de Herzog, el viaje que remonta el río en el El Abrazo de la Serpiente está contado desde el punto de vista de un indígena, Karamakate, un chamán amazónico.
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Y es justamente este punto de vista lo que hace especial a El Abrazo de la Serpiente de Ciro Guerra. Porque al ser guiados por un habitante de la zona, un conocedor del terreno, el viaje se transforma en una experiencia iniciática para los personajes extranjeros.
Como en Aguirre, Georg Koch-Grunberg y Richard Evans Schultes van tras una quimera, guiados por Karamakate. Si en la película de Herzog esa quimera estaba representada por el mito de El Dorado; en el film de Guerra es la búsqueda de una planta sagrada, capaz de curar sus dolencias.
La historia épica del primer contacto, encuentro, enfoque, traición y, finalmente, amistad que trasciende la vida entre Karamakate, un chamán amazónico, último sobreviviente de su étnia y dos científicos que, a lo largo de 40 años, viajan a través del Amazon en busca de una planta sagrada que pueda curarlos. Inspirado en las revistas de los primeros exploradores de la Amazonía colombiana, Georg Koch-Grunberg y Richard Evans Schultes.
Pero donde realmente les conduce el chamán es hacia un plano de conciencia superior. El Abrazo de la Serpiente es un viaje hacia la iluminación.