Si no hubiese llegado el covid-19 ya habríamos asistido a los estrenos que estaban pautados entre abril, mayo y este verano. Seguramente estaríamos comentando todavía lo bueno y lo malo de Mujer Maravilla 1984, Viuda Negra o Los Nuevos Mutantes. Sin embargo, la realidad nos afirma que por ahora es difícil volver a entrar en una sala de cine, al menos en Latinoamérica.
El estreno de Mulan por Disney+ supone un golpe muy duro para las salas de cine que pensaban proyectar una de las películas más esperadas de la temporada, con un fandom importante sin mayores diferencias en edad o género. Es una película para toda la familia. La historia de la guerrera china no ha estado libre de polémica, pues este argumento está basado en el poema de Mulan y apenas toma algunas referencias de la película animada de 1998. De ahí que se hayan omitido algunos detalles especiales como canciones, personajes o sucesos que hacen parte de la primera historia.
Viuda Negra, sin fecha
Viuda negra fue otra de las historias que ha llegado muy tarde. Para Marvel es necesario e importante proyectar la película en los cines de todo el mundo. No solo porque hace parte de su universo cinematográfico, sino como homenaje a este personaje de Los Vengadores que cumplió un papel determinante en la fase que finalizó con el estreno de Endgame.
Como sabemos, una sala de cine es de esos espacios en los que las personas están muy cerca una de la otra por eso esta industria quizá sea una de las últimas en activarse completamente. En Estados Unidos la recaudación de taquilla se ha desplomado abruptamente. Por cada 100 dólares que se conseguían en 2019, sólo se obtiene 17 centavos en el mismo periodo de este año según Box Office Mojo. En España y otros países de Europa la recaudación supera el medio millón de euros en comparación con la norteamericana aunque sigue representando apenas un 7,80%.
Aunque los estrenos están pospuestos y la temporada alta se haya ido al suelo, los cines de todo el mundo pronto tomarán su ciclo normal y las proyecciones continuarán. En varios países de Europa ya han abierto algunos teatros y otros trabajan con el autocine, que volvió a nuestra época debido a la pandemia.
El fin del cine está muy lejos de llegar.