Al comienzo de The Batman, de Matt Reeves, escuchamos la voz de Bruce Wayne que escribe su diario en un ritmo y tono que recuerda a la narración de un clásico Film Noir, a un clásica película de detectives. Y es justo lo que a continuación veremos. Porque the Batman no es una mera cinta de superhéroes. Ni siquiera es sólo una historia detectivesca. También es un film de horror que con mucha razón más de una reseña emparenta con Se7en, una de las obras más importantes de David Fincher.
Pero la narración del diario de Wayne sirve también para conectar The Batman de Matt Reeves con su antecedente inmediato, The Joker, de Todd Phillips. Porque como en el film de Phillips, Reeves pone el énfasis narrativo en la interioridad del personaje principal más que en las peripecias de la trama. Y es que hasta ahora, curiosamente, ninguna adaptación cinematográfica del célebre personaje del cómic había ahondado en la compleja psicología del huérfano heredero multimillonario que durante las noches viste de murciélago para cazar delincuentes.
Al igual que en The Joker, cada vez que vemos a The Batman/Wayne escribir en su diario, es inevitable pensar en otro film sobre un psicópata: Taxi Driver, de Martin Scorsese (que también sirve de referencia o plantilla para The Joker). Paul Schrader se inspiró en los diarios del magnicida Arthur Bremer para componer el personaje de Travis Brinkley, pero también en el Diario de un Cura Rural de Robert Bresson y en las Memorias del Subsuelo de Fiódor Dostoyevski (¿recuerdan que tanto el cura de Bresson, como Travis y el protagonista de la novela de Dostoyevski fantasean con la posibilidad de estar sufriendo una enfermedad mortal?).
The Batman de Matt Reeves: memorias de la orfandad
The Batman, como The Joker, Taxi Driver o Memorias del Subsuelo, está contada por un narrador no confiable. Un huérfano traumado por haber sido testigo de la muerte violenta de sus padres. Por eso, el film transcurre como una pesadilla sin fin en una Ciudad Gótica más decadente y monstruosa que nunca, acaso por su realismo. En la adaptación de Tim Burton, la infancia perdida del huérfano acechaba al Wayne adulto en forma de personajes de un cuento gótico infantil cuyas armas parecían juguetes. “¿De dónde saca esos juguetes maravillosos?” se preguntaba extasiado en algún momento el Joker interpretado por Jack Nicholson.
Como en el film de Burton, la orfandad es también el tema de The Batman. Wayne no es el único huérfano, sin embargo. Selina Kyle, interés romántico de Wayne/Batman también está embarcada en un viaje para resolver su abandono. Pero hay más huérfanos en Ciudad Gótica. Y será El Acertijo el encargado en crear muchos más.
En The Batman de Matt Reeves la relación especular entre el héroe (¿debería decir antihéroe?) y el villano es aún más estrecha. En la película de Reeves, los papeles se invierten y Batman es acechado por un justiciero en una misión idéntica. Como Brinkley o el mismo Batman, El Acertijo está dedicado “a barrer la escoria de las calles” de Ciudad Gótica. Si Paul Schrader se inspiró en Arthur Bremen, Reeves se inspira en otro asesino real para crear su Acertijo. El elusivo Zodiac, que durante años sembró el terror en las noches de varias ciudades de California.
Como Zodiac, El Acertijo de Reeves no sólo es aficionado a las adivinanzas, sino también a la escritura en código. También es dado a establecer una relación epistolar con sus perseguidores, en este caso, con Batman. Un incel surgido de los tenebrosos foros de la deep web, un shooter en potencia. No es el único villano del film, no obstante. De hecho, acaso sólo el detective Jim Gordon se salva de un pasado oscuro, al margen de la ley. El Pingüino, interpretado por un irreconocible Colin Farrell, es otro de los personajes familiares. Pero tampoco tiene poderes extraordinarios: es un jefe mafioso de Ciudad Gótica.
The Batman de Matt Reeves es una incursión en los rincones más oscuros de la psicología del justiciero enmascarado y su némesis. Un film marcado por el Expresionismo Alemán, y por el pulp detectivesco del siglo pasado. Un noir de asesinos en serie y psicópatas que acechan en los más tenebrosos callejones de una Ciudad Gótica de pesadilla.