La semana pasada lo comentamos en la sección de BlogaCine en la Agenda Éxitos y hace un par de días, Peter Jackson lo confirmó: The Hobbit, el díptico cinematográfico que cuenta los inicios de la historia de El Señor de los Anillos, está siendo filmada en 3D, a 48 cuadros por segundo. La idea, desde luego, es proyectarla a una velocidad equivalente.
La razón principal para tal decisión, según Jackson, es evitar el parpadeo y el “strobo” que tanto cansa la vista cuando uno ve una película en 3D —¿se acuerdan de ese dolor de cabeza después de ver Avatar? Cuenta el realizador neozelandés que, por meses, han podido ver material bruto del film por más de dos horas sin cansarse, ni sentir molestia alguna. Asegura que es una experiencia más cercana a la realidad, con una imagen más claras y movimientos más fluidos, sin parpadeos. Una experiencia de visualización más cómoda. Especialmente en 3D.
En su artículo explica que la razón por la que hace 90 años se adoptó la actual velocidad de 24 cuadros por segundo fue la emergencia del sonido: era la velocidad mínima para permitir que los lectores ópticos leyeran la pista sonora impresa en el borde del celuloide. Y no porque fuera lo mejor. Pero los tiempos cambian y el desarrollo tecnológico es indetenible. Para él, no hay ninguna razón para que eso se mantenga. Cita además el antecedente de Doug Trumbull, quien desarrolló hace tres décadas su sistema ShowScan, que proyectaba las imágenes a 60 cuadros por segundo.
Desde luego, filmar y proyectar a 24 cuadros por segundo es mucho más barato que hacerlo a 60 cuadros, por la cantidad de material que se requiere. Pero Jackson afirma que la llegada del digital ha vuelto irrelevante la razón económica. A su juicio, el cambio será tan radical e importante como el paso del vinil al CD en la música. El pasado fin de semana fue al cine y la proyección se le antojó antigua, primitiva.
Finalmente, el autor de Criaturas Celestiales, predice que para diciembre de 2012, fecha tentativa de estreno del primero de los dos films, habrá quizás unas 10 mil salas digitales en todo el mundo.
No obstante, ya muchos empiezan a temer que todo el asunto esté más cerca del video que del cine y que se pierda para siempre eso que conocemos como experiencia cinematográfica. ¿Qué opinan?