La Habana, 31 de diciembre de 1958. El reloj marca las 12 de la noche y los invitados a la multitudinaria fiesta se abrazan. Allá, al fondo, el anfitrión, Fulgencio Batista, quien durante casi una década ha regido los destinos de la isla con mano dura, recibe los buenos deseos en compañía de su familia. Michael Corleone busca entre la gente a su hermano Fredo. Acaba de descubrir su traición. Cuando lo encuentra, lo toma del cuello y le besa en la boca.
Lo sabía, Fredo, fuiste tú. Rompiste mi corazón. ¡Rompiste mi corazón!
Fredo, quien se sabe condenado, no dice nada y huye. Casi enseguida, los invitados comienzan a correr. Batista desaparece tras bastidores, con premura. La fiesta deviene tropel cuando se sabe la noticia. Los rebeldes de Fidel Castro han entrado a la capital. El gobierno se desmorona.
Esta noche acaba el año 2008 y, minutos después de las 12:00, se cumplirá medio siglo de los acontecimientos históricos que sirven de marco histórico a la memorable escena de la película El Padrino II. Si quieres saber más sobre la Cuba actual, acaso te sirva leer el reportaje que, semanas atrás, publicara The New York Times: The end of the end of the revolution (El final del final de la revolución). En algún lugar del reportaje, se menciona el pasado mafioso de La Habana.
La película El Padrino II es mítica. Tiene la fama de ser una de las pocas segundas partes mejores que las primeras. Con un reparto actoral extraordinario, encabezado por Robert de Niro y Al Pacino. Está dirigido por Francis Coppola, con guión del mismo Coppola y Mario Puzo, autor de la novela original. Pero definitivamente no es una película para estas fiestas.
Finalmente, a todos nuestros lectores, muchas gracias por acompañarnos un año más. Les deseamos un feliz y próspero 2009.
