Quizás a alguno de ustedes les suene el nombre de Josh Harris. Yo lo recordaba por un reportaje de Wired, de principios de los 90, los años de la burbuja de Internet y el auge de las empresas puntocom.
En esos días, a Harris le llamaban el Andy Warhol de la Web por sus extravagantes proyectos. En uno de ellos, llamado Quiet, junto a 100 artistas en una fábrica abandonada y armó una fiesta de casi un mes, donde todo era gratis.
Los invitados podían quedarse a dormir en extrechos cubículos de diseño japonés, comer, bailar y trabajar. Pero había un truco: todo sería registrado en video y no había paredes de ningún tipo. Todo se hacía en público y ante las cámaras e iba a parar directo a Internet.
El aquerrale duró poco, pues fue clausurado por las autoridades por parecerse demasiado a una secta milenarista.
Harris no se quedó tranquilo y poco después acondicionó su apartamento como la fábrica de Quiet. Su nuevo proyecto se llamaba We Live in Public y su producción alcanzaría el millón de dólares. Muchos antes de la explosión de reality shows en la televisión, Harris había concebido su propio reality personal. Las cámaras de video les grabarían a él y a su novia Tanya Corrin, las 24 horas del días y como en Quiet, todo sería transmitido a través de Internet.
El experimiento terminó abruptamente a los tres meses, con una ruptura tan pública como la relación misma. Poco después, los nervios de Harris colapsaron y sus empresas quebraron con la explosión de la burbuja de las puntocom. Harris desaparecería por un tiempo de la vida pública.
La documentalista Ondi Timoner ha seguido los tumultuosos altibajos emocionales y económicos de Harris desde los días Quiet, cuando fue contratada por el empresario. Hace poco, en 2006, ella notó cómo todos nosotros, de una forma u otra, vivíamos en público. Quien no se pasa el día mandando mensajes de texto o chateando con su Blackberry, está enganchado a alguna red social, revelando públicamente cada pensamiento que se le ocurre, cada evento cotidiano que vive.
Timoner se dio cuenta entonces que Harris había sido un visionario al anticipar este mundo interconectado y sin paredes.
Fue entonces cuando decidió hacer We Live in Public, el documental que hace un par de días se ha estrenado en Sundance 2009, con una excelente acogida. CNET News siguió durante todo un día a la realizadora, en una especie de reality por 24 horas, para describir su rutina en el festival. Adicionalmente, Timoner y su equipo de producción han publicado en la red, en tiempo real fotografías actualizaciones, y videos de la experiencia, un poco para hacer honor al tema del documental.
Hoy todos vivimos en público. Verbigracia…