Cuando yo estudiaba en Cuba, a principios de la década de los 90, ya sonaba el nombre de Eduardo del Llano. Escritor, dramaturgo, guionista y humorista, Del Llano había inventado un personaje, Nicanor O’Donell, que era el paradigma del antihéroe cubano: el típico hombrecillo común y corriente al que, por buena gente, le pasa de todo.
No recuerdo si le conocí personalmente. A Del Llano quiero decir, no a O’Donell, claro está. Pero un grupo amigos comunes, comediantes y humoristas todos, solía hablarme con entusiasmo de su trabajo.
Después de dejar la isla, no volví a saber de Del Llano hasta febrero del 2005, cuando su nombre se conoció internacionalmente por Monte Rouge, un corto protagonizado por O’Donell que satirizaba algo sagrado en Cuba: los cuerpos de seguridad. Entonces, reseñamos y publicamos el corto aquí en BlogaCine.
Desde hace algunas semanas, el nombre de Del Llano ha vuelto a sonar. Esta vez, por Brainstorm, otro de sus cortos. Esta vez, Del Llano carga contra el periodismo cubano e imagina cómo sería el consejo de redacción de un diario en el que se decide la noticia de primera página.
Como sucedió con Monte Rouge antes, los cubanos reproducen Brainstorm y se lo pasan de mano en mano en la isla, guardado en pen drives, o quemado en CD’s, DVD’s. Y hasta almacenado en tarjetas de cámaras fotográficas.
Resulta un fenómeno interesante cómo los creadores cubanos han sabido aprovecharse de la democratización de las herramientas tecnológicas, como el video digital o los sistemas de manejo de contenido, para expresarse y difundir sus trabajos al margen de los canales y la cultura oficial.
Por ejemplo, en 2005 me enteré de la existencia de Monte Rouge por un reporte de la BBC, pero de Brainstorm supe por Generación Y, el blog de Yoani Sánchez.
Considerada por Time como una de las 25 Bloggers más influyentes del mundo y ganadora del premio Ortega y Gasset de periodismo digital, Sánchez escribe desde la isla, valiéndose de toda clase de artimañas para actualizar su blog.
Hace poco, reseñó una performance de la vanguardista Tania Bruguera en la última Bienal de La Habana que provocó una fuerte respuesta por parte de los organizadores del evento.
De Brainstorm, Sánchez dice:
Brainstorm es un corto con personajes para nada caricaturescos, sino reflejo de una realidad que es en esencia exagerada y esperpéntica. Un mundo de poses, de cobardías profesionales, resultantes de ver defenestrarse a los colegas más atrevidos. El reto para estos periodistas no es el de tener una opinión original, sino adelantarse y predecir cuál será el criterio del poder. Todo buen informador “revolucionario” debe saber lo que dirán sus líderes antes de que emitan una sola palabra, les conviene interpretar los gestos de los gobernantes y no equivocarse en reflejarlos.
De esa y otras miserias periodísticas trata el corto, que se suma a la lista comenzada por el ya clásico Monte Rouge. De la serie dirigida por Del Llano, es éste el que más me ha tocado por cercanía temática y por aludir a las mordazas de la prensa oficial. Al verlo, me he confirmado en el inmenso privilegio del que disfruto, por no tener jefe editorial, censor, o alguien que me dicte cuáles temas tratar o qué importancia darles. Mi peor pesadilla profesional sería encontrarme en una mesa así, donde todos cuidan sus espaldas, en aras de conservar el pequeño privilegio de trabajar en Granma, Juventud Rebelde o algún periódico de provincia.
