La técnica de animación de Piotr Dumala, artista plástico, director y animador polaco, no es sólo original, sino además difícil de creer. Mientras estudiaba escultura en la Academia de Bellas Artes de Varsovia, Dumala observó que raspar yeso pintado podía ser una manera interesante de crear imágenes. Acababa de nacer su técnica de animación “destructiva”.
Dumala recubre con pintura placas de yeso y con instrumentos filosos, de diverso grosor, va dibujando imágenes que filma cuadro a cuadro. A esta original técnica de animación, hay que añadir sus dibujos —¿pinturas?— realistas, caracterizados por claroscuros o juegos de luces y sombras y del espacio.
La animación tradicional ha usado figuras convencionales, como Bolexk y Lolek, hombres planos, sin sombras o espacio. Y cuando alguien, como en mi caso, comienza a usar sombras (todos mis luces y sombras “dibujadas” están calcadas de luces o sombras reales), dicen que se está copiando de las películas de largometraje. La gente generalmente piensa que la animación consiste en planos dibujos animados infantiles o esoterismo avant-gard. La verdad es que la animación no copia el “cine real”. La animación es el “cine real (…)
Después de todo, todos los largometrajes son hechos por el hombre también. La gente, los objetos, la luz y el tiempo son invenciones. Hasta los documentales, en ocasiones, son invenciones.
Y, en el plano poético, dramático y narrativo, su enfoque no es menos original. La filmografía de Dumala se caracteriza por el realismo y la introspección, la exploración psicológica de los personajes. Acerca de su segundo film, Łagodna, Dumala ha comentado:
Mi intención era realizar un film psicológico animado. Se supone que las películas animadas deben ser divertidas o sublimes visiones artísticas. Yo quería entrar en la mente humana, probar que la animación también permite examinar las cuestiones humanas más fundamentales.
En resumen, su obra está determinada por la búsqueda existencial:
Lo que me interesa de la realización cinematográfica es la penetración del “misterio definitivo”, que es lo que no entendemos, lo que no ha sido nombrado. Para algunos es dios, para algunos, el Destino; para otros es la razón de la existencia del mundo o la pregunta de quiénes somos y por qué existimos, o lo que nos lleva a hacer lo que hacemos. Vivimos para acercarnos y develar este misterio; todos, en nuestra propia manera.
Piotr Dumala actualmente es profesor de animación en la Escuela de cine, teatro y televisión de Łódź, Polonia.
