Para empezar, al grano: Crash me pareció una película horrible. Y, sin embargo, ingeniosamente escrita para ocultarlo. Segundo: esta reseña, que no crítica, estará plagada de spoilers. Si no ha visto el film de Paul Haggis, no siga leyendo.
No me cabe la menor duda de que la premisa del filme de Paul Haggis es, al menos, provocativa: ¿Debemos ser tolerantes antes las posiciones racistas de nuestros semejantes?
En mi caso particular, la respuesta es no. Claro que no. No puedo ser tolerante con alguien que, como latino, me juzga por mi aspecto y me acusa de ladrón injustamente. Si fuera negro, no podría ser tolerante con alguien capaz de colgarme de un árbol por mi color de piel. ¿Podría un judío ser tolerante con un neonazi, a sabiendas de lo que se expone?