Se han hecho tantas películas sobre la relación conflictiva entre cine y sus escritores que no me queda sino sospechar que no existe trabajo más traumatizante que el de los guionistas. No es para menos. Cuando no te pagan mal —si es que te pagan—, te imponen cambios caprichosos o arbitrarios, estás a merced de la pericia (o impericia) de actores y directores y al final, tu texto va a terminar a la basura. Literalmente. Nada más devastador que tu obra dependa de la decisión de otros.
En un intercambio de emails con un conocido bloguero y twittero (¡madre mía! ¡qué palabras!) local caímos en el tema de la literatura en el cine. O de cómo el cine suele retratar el proceso creativo. Sobre todo, el proceso creativo de la escritura.
F. Scott Fitzgerald, por ejemplo, consideraba degradante el trabajo de guionista y le dedicó 17 ácidos cuentos en los que se reservaba para sí mismo, mucho del vitriolo que destinado a la industria hollywoodense. Los cuentos fueron recogidos en el volumen The Pat Hobby Stories.
Le comentaba yo al twittero que no se trata de un tema fácil de retratar en el cine. Y, como en el caso de Fitzgerald con su personaje de Pat Hobby, guionista alcohólico y fracasado, muchas películas prefieren retratar al escritor como un perdedor: cuando no atraviesa por un bloqueo creativo, su vida personal es un desastre y sus finanzas simplemente producen esa mezcla de repulsa y vergüenza que en Venezuela llamamos “grima”.
Si el tema se trata mal, el resultado suele ser, invariablemente, un bodrio. Es uno de los temas favoritos delos estudiantes de cine y guionistas noveles (junto con el del serial killer). Pero cuando se hace bien, a la manera de Fitzgerald por ejemplo, el resultado siempre es una excelente historia. A continuación, sin ningún orden en específico, les presento mis 10 películas favoritas sobre escritores.