[Por: Jeissy Trompiz Albornoz] Fortaleza es la ciudad con más parecidos a Maracaibo que he conocido. El clima, las calles, las casas, y hasta la fisonomía de las personas termina siendo familiar, ya no se si es por sugestión ante la primera impresión pero así ha sido. La ciudad olvidó el calor del día y dio … Leer más
[Por: Jeissy Trompiz Albornoz] Mi primera referencia cinematográfica fue el sonido de los zapatos en las películas. Los pasos tenían ese singular golpe seco de la suela de moccasin sobre piso de madera. Siempre quise que mis pasos tuvieran ese sonido, por lo que cada vez que llegaba a estar en algún sitio con suelo de madera, aprovechaba mis torturantes zapatos ortopédicos para caminar cuanto podía para disfrutar de la sonoridad… !Por fin los inquisidores zapatos ortopédicos justificaban su existencia!
En las persecuciones generalmente era el protagonista el acosado, en esas escenas se creaba una sinfonía de “plak, plaks”. Recuerdo que justo al ver estas escenas de persecuciones sonoras quería ser gringo, por que los gringos que estaban en las pantallas siempre vivían situaciones arriesgadas, llenas de adrenalina, salían airosos, terminaban con una chica guapa y seductora que estaba loco por ellos y sus zapatos sonaban “plak, plak”.
Si, lo confieso, yo también quise ser El Hombre de Acero. El hombre con los mayores superpoderes en la tierra. Su verdadera identidad: un hombre tímido y honesto, enamorado de una hermosa chica a quien intenta salvar, (de nuevo la salvación y las mujeres en mi vida, pero ese es otro tema que necesita diferentes súper poderes.)
Augusto Pradelli dirige la que es su Ópera Prima, y hasta ahora único largometraje de ficción, la película Jóligud. La historia transcurre en el año 1971. Trata sobre la esperanza que tienen un grupo de saladilleros, habitantes del antiguo barrio colonial de Maracaibo, El Saladillo, en una preciosa joven, Sarita.
Para buena parte de la comunidad la joven por su belleza podría ser una artista de Hollywood, o como ellos lo pronuncian: Jóligud.
La llegada al estrellato de esta joven pondría en alto el nombre del barrio y evitaría su demolición, que estaba establecida por decreto del presidente de la República de aquel entonces, el Dr. Rafael Caldera, quien con su plan de “Renovación Urbana” destruyó el emblemático barrio para construir en su lugar una plaza, al estilo de las “caminerías francesas”, para el disfrute de la ciudadanía. Este punto introductorio es tratado, sin tanta profundidad, en el cuadro de texto que nos presenta la película.
La película Jóligud, primer largo zuliano
La película Jóligud fue muy sonada en su época por ser el primer largometraje hecho en Maracaibo por cineastas de la ciudad, así como por mostrar varios elementos realistas de la sociedad venezolana. La dependencia a las soluciones fáciles. La falta de un verdadero reconocimiento cultural. Y el preciosismo como principal valuarte para la superioridad y el progreso.
La madre de nuestra protagonista alardea de la hermosura de su hija, a tal punto de no ver necesaria su formación escolar al vislumbrarle un futuro esplendoroso en la gran pantalla. Esta esperanza se traslada a casi todos los habitantes del barrio, quienes acompañan a la madre de Sarita en la escritura de una carta, la cual envían junto a un sobre que resguarda las fotos de la silente y tímida joven, quien no pronuncia una palabra en toda la película.
La dependencia y exaltación a la cultura ajena y al preciosismo se pueden resumir en la tercera secuencia de la película. Sarita, quien recibe de Vicentico, un joven amigo con ademanes femeninos, instrucciones para caminar correctamente con un libro en la cabeza.
Vicentico siempre habla mezclando frases en inglés y nombres de artistas estadounidenses. Él es la máxima expresión social de la valoración de la cultura exterior en la película. También es quien calla a Sarita en su único intento de comunicación oral en toda la historia.
Jóligud, el falso regionalismo
En una de las escenas de la película Joligud, vemos la hostilidad de una señora del barrio ante la solicitud de compra de su casa por parte de un ingeniero del gobierno.
Aquí se plantea la única respuesta directa por parte del barrio ante la agresión emitida por el gobierno en curso. La escena representa muy bien la realidad de los acontecimientos. La indiferencia le ganó en proporción a las quejas y protestas ante la imposición “suprema”, de la “caminería francesa”.
Nuestra tolerancia, venezolana, parece a veces ser eterna. En este caso, el pueblo zuliano, caracterizado por su regionalismo, no hizo la diferencia. Recuerdo a Iván Diaz, un amigo actor y director de teatro, que alegaba, citando el ejemplo del Saladillo, que el regionalismo zuliano no es más que una mera pantalla.
Creo que en este caso tan emblemático no se equivocó. Como muestra está ese atropello que se dejó imponer. Sin protestas que se hicieran escuchar realmente. Pero con mucho llanto póstumo.
Vicentico y los demás personajes que rodean a Sarita, dan la impresión de no tener vida propia. Se atienen a las consecuencias por su falta de lucha y a las excusas.
Tal como hicieron los verdaderos habitantes de ese barrio.
Y como lo han hecho gran parte de los venezolanos en otros sentidos. Esperanzados en la salvación de los famosos empresarios norteamericanos que venían a ayudarnos con el oro negro que se reproducía por doquier desde inicios del siglos XX.
El público rechazó la película Jóligud
Contrario a lo que se esperaba, la película sufrió un fuerte rechazo por una parte del público, quien la calificaba de poco realista en su discurso y de malas actuaciones. La crítica en cambio la favoreció. Fue ganadora con el premio Mejor Ópera Prima en el Festival de Cine Venezolano del año 1991.
Esta película presenta gran influencia del cine italiano en su estética, sobre todo del director Federico Fellini. Es una película llena de contradicciones, con muchos detractores y defensores.
Por circunstancias que solamente él conoce con certeza, y que ha generado muchas hipótesis, la película Joligud ha sido hasta ahora el único largometraje de ficción de Pradelli. Y hasta no hace muchos años fue el único largometraje realizado en Maracaibo por venezolanos.
Sarita es una joven que desde niña ha sido predestinada para ser actriz. Un día, le toman unas fotos y las envían a la Metro Goldwyn Mayer, con la ilusión de obtener un contrato y así ayudar a evitar la inminente demolición del barrio maracaibero de El Saladillo. Todos esperan ansiosos la respuesta, pero esta nunca llegó.
[Nota de prensa] Con la presencia de 14 invitados nacionales e internacionales se celebrará el 1er Encuentro Franco-Andino de formación cinematográfica, en la Universidad Central de Venezuela del 13 al 15 de Junio.
En esta ocasión se discutirá sobre las funciones, retos y perspectivas de las escuelas de cine en la región andina.
Su nombre no es el más sonado entre los directores de cine del país, pero quienes lo conocen, saben que es uno de los mejores. Hernán Jabes regresa a las salas de cine a partir del 22 de Junio, con un punzante cuestionamiento social que promete no dejar títere con cabeza, ni público indiferente
[Por: Ernesto Caque Armas]. Su idea es hacer un cine serio. Capaz de competir contra ese mercado norteamericano que nos apabulla, no jodiéndolo, sino reclamando su espacio para intentar que su película se vea. Después, que la cinta genere la plata suficiente para poder hacer otra. En sus palabras, es lo único que quiere en la vida.
Si existe algo de justicia en este mundo, Piedra, Papel o Tijera debería ser la película capaz de convertir el sueño de su creador, Hernán Jabes, en realidad. Y es que desde Hermano y La Hora Cero, no pasaba por la cartelera una cinta venezolana tan impactante, trepidante y con tanta conciencia social como esta.
Mucha agua ha corrido bajo el puente desde que estrenó su primer cortometraje 900 Pánico. Una casa productora, comerciales, video clips y un primer largometraje producido por La Villa del Cine, Macuro. A lo largo de este trayecto, Jabes ha fortalecido su técnica, asimilado sus fallas, sus fortalezas y madurando no sólo un estilo, sino también una intención.
Me interesa el cine que aporte. Algo que genere un movimiento que nos haga reflexionar, cambiar, buscar otras maneras como sociedad.
El calendario marca el inicio de un nuevo año. En el mundo del cine eso quiere decir que un numeroso grupo de asociaciones y gremios hacen una recopilación de lo que consideran lo mas destacado del año anterior en la por muchos esperada “temporada de premios”.
No es mas que una vitrina muy lucrativa para que los mandamases de la industria expongan y exhiban sus obras, cual mercado de pulgas, y sus compañías y el equipo involucrado se cotice como si de valores de bolsa se tratara. Los nombres de actores, actrices, directores, guionistas, cinematógrafos, diseñadores de vestuario y expertos en animación se repiten una y otra vez durante dos meses (poco mas, poco menos) en los periódicos, revistas y redes sociales, en una avalancha publicitaria que beneficia económicamente a los mismos de siempre y por ende eclipsa eternamente a otros tantos.
Como por ejemplo, a la (no se si mal llamada) industria latinoamericana y, entre ellas, la venezolana que a falta de iniciativas propias para premiar o reconocer a los partícipes del hecho cinematográfico local, se resignan a ser parte de la multitudinaria audiencia que aplaude o abuchea, según sea el caso, a los ganadores de las ceremonias foráneas.
Venezuela cada año apenas cumple con enviar sus postulados de costumbre a dos de los premios internacionales con mas prestigio: los Oscar y los Goya, penosamente la mayoría de las veces sin mayor… ¿suerte? ¿Es válido usar el término para este tipo de competencias? ¿Es todo lo que ha faltado a nuestro país?
¿Importan los premios?
El asunto de si los premios son importantes, no lo plantearemos en estas líneas. Por el momento nos interesa más cuáles son los factores que hacen que alguna película venezolana no haya sido considerada ganadora en certámenes de tal prestigio.
Ambos asuntos son temas siempre abierto al debate- En cuanto a lo segundo algunos, como Carlos Malavé en reciente entrevista con El Universal, sostienen que la calidad de nuestras películas no alcanza estándares internacionales. Otros sostenemos que ha faltado un empuje de marketing y lobby, que no necesariamente se traduce en falta de dinero, si bien reconocemos que es un factor determinante.
Los rumores de que Venezuela ha estado cerca de una nominación al Oscar no pasan de ser eso: rumores de pasillo. No existe información oficial confirmada. Como anécdota contamos un pequeño encuentro que sostuvimos con Alejandro Bellame Palacios en el Centro de Arte Lía Bermúdez de Maracaibo con motivo del estreno de su película pre-candidata al Oscar esta temporada El rumor de las piedras.
El cineasta afirmó que Hermano de Marcel Rasquín estuvo en el corte de 20 películas de la temporada 2010-2011; pero no clasificó para la penúltima ronda en la que sólo quedan nueve. Según sus palabras, dicha información se le suministra a las empresas de publicidad y mercadeo que contratan para hacer la promoción en el país de las barras y las estrellas.
De cualquier forma algún rumor corrió cuando Postales de Leningrado fue postulada y los resultados fueron los mismos: cero nominación. Cabe destacar que los títulos que Venezuela envía son escogidos por consenso de un reducido grupo de cineastas criollos, una de las tantas opciones permitidas por el reglamento de la academia.
Tras tantos intentos fallidos quizá llego la hora de preguntarnos ¿es hora de hablar de cambio de método?
El Caso del Goya
El caso del premio Goya es tanto distinto. La competición española es más accesible debido a que el premio se lo disputan sólo películas de habla hispana, hasta este año en el que se decidió incluir aquellas producciones habladas en portugués y llamar a la categoría “Mejor película iberoamericana”.
Este premio se entrega anualmente desde 1987, (con excepción de 1989), en el cual Venezuela logró ser nominada por el largometraje de Olegario Barrera Pequeña Revancha, que a la postre fue derrotado por la argentina La película del Rey del JOVEN Carlos Sorín.
Tres años mas tarde, en 1990, se volvería a conseguir la nominación gracias a Aventurera de Pablo de la Barra. Este fue un caso muy particular porque sólo fueron DOS los nominados. Eso no hizo las cosas mas sencillas. La otra candidata y ganadora fue la cubana La bella del Alhambra. Luego vinieron años dorados para el cine criollo en cuanto al Premio Goya se refiere.
En cinco años se consiguieron cuatro nominaciones al premio Goya y la misma cantidad de derrotas. En 1992, la obra maestra de Luis Alberto Lamata Jericó caería ante la chilena La frontera, en el ’93 la argentina Un lugar del mundo acabaría con las esperanzas de Carlos Azpurúa y su Disparen a matar.
Luego de la ausencia de 1994, Golpes a mi puerta de Alejandro Saderman gana la nominación en 1995 y cae ante otra película argentina Gatica, el mono; el ’96 es el año en que José Novoa y su Sicario aruñan el premio que finalmente se llevaría a casa México con El callejón de los milagros; nuestro último intento antes de finalizar el siglo veinte sería en 1999 con Amaneció de Golpe (Carlos Azpurúa) y Argentina propinaría de nuevo un campanazo con El faro del sur.
En años recientes una co-producción entre Cuba y Venezuela sería nominada al premio Goya, La edad de la peseta, para caer ante los gauchos una vez más contra el muy polémico y soberbio drama XXY de Lucía Puenzo.
El último capítulo de la frustración criolla ha sucedido este año con una de las mejores películas de Diego Rísquez. Se trata del relato de los últimos años del llamado “Loco de Macuto”, encarnado de manera sublime por Luigi Sciamanna. Hablamos sin duda de Reverón. ¿Qué pasó con Reverón? ¿No está a la altura de la competición?
Muchos han criticado las producciones venezolanas por ser muy localistas, o por recurrir frecuentemente al realismo social. Otras veces por ser demasiado ligeras, por no ahondar géneros diferentes (aunque este argumento esté mas que caduco). Algunos por decir demasiadas groserías (quizá no se dan cuanta que la palabra shit es subtitulada por ¡Rayos!) pero ¿por qué no damos un repaso por las nominadas al Goya este año? Quizás ahí encontraremos una respuesta satisfactoria.
Boleto al paraíso de Gerardo Chijona
Es una especie de mezcla entre road-movie y cine noir ambientada durante el llamado Período Especial que sacudió a Cuba tras la caída de la Unión Soviética, en la cual un grupo de jóvenes con familias disfuncionales y antecedentes de abusos psicológicos y sexuales, se encuentran en el camino de huída de sus vidas para deambular por los suburbios de la isla en busca de un destino mejor. Más de una realidad los sorprenderá y a algunos les cambiará el modo de ver las cosas. Termina siendo un crudo drama sobre la búsqueda desesperada de soluciones, y sobre la frágil línea que hay entre la vida y la muerte.
Miss Bala de Gerardo Naranjo
Un contraste de formas con respecto con la postulada y nominada del año pasado por parte del país azteca “El Infierno”.
Gerardo Naranjo aborda el tema de manera naturalista con cámara en mano para que seamos testigos del desmoronamiento individual de un ser humano envuelto involuntariamente en la telaraña de los grupos involucrados en la comercialización de la mercancía ilícita.
A través de Laura Guerrero (Stephanie Sigman) vemos como los peones de la red caen al servicio de las mafias del poder y expuestos en sus medios de comunicación, desenmascarando de manera clara la doble moral y las alianzas de las instituciones con los grupos armados.
Un cuento chino de Sebastián Borensztein
Construida desde un modelo clásico de cine de humor de parejas disparejas tipo “Mejor sólo que mal acompañado” (John Hughes , 1987), con un personaje sensiblemente amargado muy parecido al “Melvin Udall” de Jack Nicholson en “Mejor Imposible” (James L. Brooks, 1997) pero delicadamente narrado con matices de drama que entretejen temas sensibles como la soledad y los traumas del conflicto bélico de las Malvinas. Quizá el esquema mas tradicional entre todas las nominadas.
Violeta se fue a los cielos de Andrés Wood
Mi favorita de las elegidas, el país defensor del premio presenta este peculiar biopic que juega con los tiempos y el orden cronológico de los acontecimientos de manera sutil para desnudar la fascinante personalidad de la popular cantora chilena Violeta Parra. Su música es usada como vehículo emocional para comprender su mundo interior y su pasión por la música. La fotografía de Miguel Joan Littin hace lo propio para que nos mantengamos eclipsados durante las casi dos horas de metraje de esta arriesgada producción.
Como dato curioso tres de estos países resultaron nominados el año pasado: Argentina con El hombre de al lado, México con la violenta, cruda e imperdible sátira en clave de comedia El infierno y la que finalmente se llevaría el premio La vida de los peces representando a Chile.
¿Reverón es más localista que Violeta se fue a los cielos? Ambos títulos demuestran que se puede evocar lo universal desde lo local
Desde el punto de vista político ¿es menos atrevida Reverón que Un cuento chino? En ambas se deja escuchar más de un comentario políticamente incorrecto, creemos que la de Rísquez es más contundente
Ahora Venezuela opta por Reverón, México y Cuba logran subir al podio con el realismo social que tanto recriminan varios sectores de nuestra audiencia y prensa ¿Son Miss Bala y Boleto al Paraíso mejor concebidas que El Rumor de las piedras?
Quizá cada una de estas preguntas tengan muchas respuestas, una mas subjetiva que la otra, lo que si es cierto es que mas allá de los Festivales de Mérida o Margarita, mientras en nuestro país no existan iniciativas concretas de parte del gremio para galardonar, estimular y reconocer los talentos que cada año hacen un descomunal esfuerzo por llevar a las pantallas cine con sello venezolano, seguiremos siendo los ignorados de la partida, así hagamos joyas como Reverón. ¿Cómo nos reconocen los demás si no nos reconocemos nosotros mismos? [Por: Alejandro Carrillo | Zucine]
Alejandro Carrillo es Licenciado en Artes mención Diseño Gráfico, egresado de la Universidad Católica Cecilio Acosta en 2004. Fue director de arte durante dos años y medio de la Revista Especializada Mercadeo Unplugged donde firmaba su columna sobre Artes y entretenimiento “Fuera de la oficina”. Ha publicado sus reseñas en medios locales como “La voz del sur”. Actualmente combina su profesión en “Impresos Creativos, C.A.” taller de litografía ubicado en Maracaibo, Estado Zulia. Mientras colabora con el sitio www.zucine.com donde escribe reseñas sobre cine en la sección “Cine para todos”.
[Por: Rodrigo Llamozas, Cameo] ¿El remedio para una taquilla que ya tiene más de cinco semanas en decadencia? El regreso de los vampiros cursis de CREPUSCULO. Con la llegada de la cuarta cinta de la saga (y primera parte del último libro) vuelve el público a los cines: BREAKING DAWN PART I acumula un poco … Leer más
[Por: Rodrigo Llamozas, Cameo] ER CONDE JONES de Benjamin Rausseo vuelve a caer fuertemente, esta vez 42.56% en comparación con el fin de semana anterior y es vista por 13.890 nuevos espectadores en 42 cines a nivel nacional. Desde su segunda semana (en la que creció 34.65%), la cinta de humor ha tenido caídas semanales … Leer más
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