La graciosa de la chaqueta es Geraldine Brezca, segunda asistente de cámara, encargada de hacer la claqueta de las películas de Tarantino. Y tiene una forma muy particular de anunciar las escenas que ha hecho que la llamen el Angel de Cámara (Camera Angel) de Tarantino. Estos pequeños detalles son los que hacen un rodaje más ameno para todos, incluso en varias tomas el crew participa.
¿Quién es Geraldine Brezca?
Resulta que Geraldine Brezca es argentina. Vive en Los Ángeles desde 1994. Su intención era estudiar inglés, pero terminó quedándose. Y trabaja con Quentin Tarantino desde Jackie Brown.
Así cuenta su experiencia en una entrevista para La Nación:
Llegué ahí a través de una amiga, porque su ex marido era el foquista de Quentin [Ziad Doueiri, director de cine libanés]. Lo que recuerdo es que el primer día de rodaje, él estaba en su oficina con la puerta entreabierta y yo lo miré y pensé: “Este loco es un genio, qué miedo”.
Enseguida conectamos. La realidad es que al venir yo por el lado de Ziad, la confianza ya estaba fundada y además nos divertimos mucho. Yo era meritoria de cámara. Mi curiosidad y entusiasmo por estar en el set era tal que creo que Quentin lo sintió, y luego la relación fue creciendo.
-Pasaste de ser asistente de cámara a claquetista y en los créditos figuras como “camera angel”: ¿Qué significa para vos el título?
-Para Quentin el momento antes de que el actor comience la escena es súper importante y me dio a mí la tarea de bendecir las tomas. El título fue inventado por Quentin en el pasado. En Kill Bill comenzaron con el juego de la claqueta a nivel más creativo. Yo tuve el honor de ser claquetista en Bastardos sin gloria y ahí transformé mi expresión como artista. Poder hacer síntesis en una palabra sobre lo que está ocurriendo me permitió un lugar de creatividad importante.
-En los videos del backstage se puede ver que existe un proceso creativo detrás de tu trabajo; me refiero a los nombres de las escenas: ¿Podés nombrarlas a tu gusto o tenés límites?
-No. Cuando dije “Diego Maradona”, por ejemplo, me llamó la atención porque no hay lugar para los deportistas en nuestras claquetas. En Django sin cadenas, el primer día de rodaje con Leo Di Caprio, yo dije “rude” y paró la filmación. Me preguntó delante de todos si eso fue lo mejor que se me ocurrió. Fue un momento muy tenso, en el que muchos me apoyaron, especialmente [el actor] Christoph Waltz. Luego dijo: “Ahora decí “rouge” y para la próxima que se te ocurra algo mejor”.
Este vídeo se encuentra en los extras del DVD de Inglorius Basterds.