En abril del año pasado escribíamos que A Scanner Darkly, el filme que preparaba Richard Linklater, podía ser la película del 2005. O del 2006.
Entonces intuíamos que, a pesar de haber visto el trailer, podía no ser tarea fácil realizar un filme como aquel, con una técnica de rotoscopio digital de principio a fin. Sobre todo porque A Scanner Darkly tenía una diferencia fundamental con respecto a su antecesora, Waking Life: la uniformidad. La narrativa fragmentada de Waking Life permitía usar varios artistas y diferentes estilos para cada una de sus viñetas. A Scanner Darkly, que cuenta una sola historia, no. ¿Cómo podía unificar los diferentes trazos de distintos artistas en una sola obra y a lo largo de meses de producción?