Tuve la suerte de ver una temprana versión de este excelente cortometraje hace algún tiempo. Libre, y me invitó a verlo. Y, de paso, me mostró Mezi Braty (Entre Hermanos), el corto que realizó durante su estancia de un año en la FAMU International, escuela de cine y TV de la Academia de Artes Dramáticas de Praga.
El Enemigo, último filme de Luis Alberto Lamata, es una rareza en el panorama del cine venezolano. No sólo porque fue rodada de forma independiente, con un exiguo presupuesto en apenas dos semanas, ni porque en esta era del HD está filmada con una cámara de video de definición estándar, sino porque empieza donde terminan muchas otras películas que se adentran en el tema de la violencia: en el examen de las consecuencias del acto violento.
Por eso, allí donde en otras películas hay tan sólo frivolidad –porque recurren a la violencia para apelar a las bajas pasiones del espectador con el único fin de generar ingresos taquilla–, en El Enemigo hay dilemas morales derivados de la necesidad del castigo y la aplicación de justicia. En El Enemigo, la violencia no es juego de carritos. Todo lo contrario, adquiere dimensiones dostoievskianas. Una violencia sin edulcorantes ni, mucho menos, glorificaciones.
“Cyrano arrancó (viernes y sábado) muy parecido a 13 segundos y Puras joyitas, películas con una cantidad de copias similar — y ambas alcanzaron más de 360.000 admitidos en su corrida…llévatela…”
Y digo finalmente porque se trata de una de las películas nacionales más esperadas de este año. Y aunque desde hoy el público venezolano podrá asistir masivamente a los cines, unos cuantos privilegiados han podido verla ya. Edgar Ramírez provocó un tumulto femenino que obligó detener la proyección momentáneamente) hasta personalidades de la cultura, vida política y farándula venezolana. Cómo lamento que compromisos de trabajo me impidieran asistir.
Esta noche a las 7:00 pm, en la sala de la Cinemateca Nacional (GAN, Caracas, Venezuela), será estrenado el cortometraje de Alexandra Henao, Cunaro.
Protagonizado por Tarcizio Rivero, Ariana Taylhardat, Amelié Carías y Osman Miranda y basado en el relato El Lenguado de la peruana Mariella Sala; Cunaro ha ganado recientemente seis premios en festivales nacionales como el de Barquisimeto y el Manuel Trujillo Durán, en Maracaibo.
Anoche, en el marco de la retrospectiva de la obra de Luis Alberto Lamata organizada por el El Enemigo, último filme del realizador venezolano.
Según un boletín emitido por el departamento de prensa de la Fundación Teatro Baralt, el filme está inspirado en la pieza teatral Un corrío muy mentado, de Javier Moreno.
En febrero marzo próximo se estrena en las salas comerciales la película venezolana El Enemigo, dirigida por Luis Alberto Lamata.
Rodada con cámaras de video (de resolución estándar, DV) en poco menos de dos semanas, con un equipo reducido y un presupuesto minúsculo, la historia de El Enemigo se centra en la violencia urbana caraqueña y sus secuelas.
No pude asistir a su preestreno, pero eso no es señal de que pienso dejar pasar esta película, el documental Más allá de la cumbre, de Juan Carlos López-Durán.
Primero porque últimamente, el género del documental me ha dado más sorpresas que el de la ficción. Pero sobre todo, porque como venezolano, no dejó de conmoverme la odisea del escalador José Antonio Delgado.
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