Desde hace poco más de una semana, estoy usando uno de los servicios más últiles de los que haya visto en años, muchos años: Dropbox.
Puede parecer exagerada mi afirmación, pero les aseguro que no lo es en lom absoluto. Con el advenimiento de la tecnología digital para la pre, pro y postproducción, más el auge de Internet, uno de las grandes carencias siempre había sido el intercambio de archivos y la colaboración entre los diferentes departamentos de un filme a través de la red.