Hace poco, el realizador manchego Pedro Almodóvar estrenó en un canal por suscripción, su primer cortometraje en tres décadas, La Concejala Antropófaga.
Para realizarlo, usó los decorados y el último día de rodaje de Los Abrazos Rotos, su último filme. Son casi ocho minutos del Almodóvar más subversivo, corrosivo, iconoclasta e. incluso, vulgar. Vaya, del tipo que 30 años atrás, hacía película con una cámara Súper8 y un grabador reproductor de cassettes: sexo, política y drogas. La incorrección política en su estado más puro.
Curioso cómo el corto sigue siendo el formato más salvaje, el que mejor se presta para dar rienda suelta a los demonios, el propio formato para guarradas de muy oscura y diversa índole.