Paranoid Park, de Gus Van Sant. Basada en una novela de de Black Nelson y protagonizada por actores no profesionales, la película cuenta la historia de un adolescente patinetero (skateboarder), quien accidentalmente mata a un guardia de seguridad y expía su culpa en “un vacío de amoralidad suburbana”.
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The New York Times ha publicado una conversación entre Van Sant y Nelson.
A continuación, reproducimos algunos fragmentos.
Nelson: ¿cómo fue la génesis de Paranoid Park?
Van Sant: Por esa época yo estaba tratando de conseguir dinero para una película, pero la cosa se estaba cayendo. Entonces leí tu libro y fue como: ‘nosotros podemos hacer esto’. Lo escribí muy rápido, en dos días. Hice una escaletta de las partes que yo quería, las pasé al estilo de guión, muchas veces simplemente traspasándolas, sin ni siquiera reescribirlas.
Tomaba las descripciones y las convertía en encabezados de escenas, luego tomaba las conversaciones y las formateaba como diálogos. Fue casi como “xeroxcopiar” la historia. Luego lo revisé y eliminé varias partes.
Nelson: ¿De qué manera evolucionó la cuestión narrativa de tu trabajo?
Van Sant: Escribí historia en la clase de Inglés. En esa época, la gente está influenciada por todas las series de televisión y las películas que ha visto. De modo que uno está bastante adelantado en cuanto a ideas narrativas —al menos, las referidas a los medios. Las cosas que escribía eran como historia de miedo tipo Alfred Hitchcock, para muchachos.
Luego, en la secundaria, hice una película sobre un hermano y una hermana que dejan la ciudad porque piensan que es una mal sitio. No fue realizada en un sentido dramático pues no sabía cómo hacer una escena porque yo estaba en la clase de arte, no en la clase de drama. Aún no sé cómo hacer una escena en el sentido tradicional. No puedo hacerla. Pero aprendí cómo aprovechar mis propias deficiencias para crear lo que yo pienso es una historia.
Tuve un periodo en que lo mío eran historias que no eran estrictamente historias, como las de James Joyce y Samuel Beckett, cosas cosas que eran lo suficientemente austeras, de modo que la historia podía reducirse a una simple idea, casi a una sola palabra. En Esperando a Godot, la historia es “espera” y todo lo demás está embutido dentro de esa palabra.
Nelson: percibo que disfrutas los equipos pequeños y el estilo cinematográfico mínimo de tus últimos filmes.
Van Sant: realmente lo mío era hacer películas sin guiarme por las reglas. Distintos realizadores hacen las cosas en diferentes modos. Mi estilo era hacer algo barato. Es un buen negocio para la gente darte 3 millones de dólares para una película, de modo que no te imponen tantos requerimientos.
Si buscas 30 millones, entonces ello necesitarán más requerimientos. Querrán estrellas y garantías para su dinero.
El inconveniente es que, como gastan poco dinero, los estudios tienden a distribuir la película de forma limitada, ya que no tienen mucho en juego.
Lo que tampoco está del todo mal, ya que entonces la película se defenderá sola y será vista gracias al boca a boca….