En una conferencia titulada ‘Grindhouse 101’, que tuvo lugar en el festival South By Southwest, Robert Rodríguez explicó cómo usó las diferentes herramientas digitales que tuvo a mano para “destruir” la apariencia de su película Planet Terror, hasta hacerla lucir como una vieja copia, proyectada hasta el cansancio en esas salas de cine barriobajeras que alguna vez fueron conocidas, en los Estado Unidos, como ‘Grindhouses’.
El director de Desperado, “lavó” digitalmente el rojo de la sangre (que, al parecer, hay de sobra en su filme), sobreimprimió flashes púrpura de película velada y simuló saltos producidos por perforaciones rotas. También usó cortes “accidentales” en el sonido para acentuar el dramatismo de ciertos momentos. Y confesó que nunca filmó partes del segundo acto de su guión porque simplemente le aburrían. El público tendrá que imaginarse lo que sucede en ese “rollo perdido”.
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